De aspirante rechazado a creador de vacuna contra el zika

Trascender y tener éxito está definido por las expectativas de cada persona, lo importante es que esa trascendencia sirva para algo y ayude a los demás, dijo el doctor César López Camacho, en teleconferencia para la Agencia Informativa Conacyt.

López Camacho junto con el doctor Arturo Reyes Sandoval, crearon una de las primeras dosis de vacunas contra el virus del zika y chikungunya, respectivamente, que tendrán su aplicación en humanos en la fase clínica 1 en este 2017.

El doctor César López Camacho es un destacado científico poblano que se formó como biólogo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Después de cursar sus estudios en esta institución, y con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), realizó su tesis de maestría en el Instituto Wistar en Estados Unidos.

A partir de ahí, el doctor López Camacho empezó sus trabajos con virus modificados genéticamente que expresaban proteínas del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Su trabajo de tesis se centraba en saber hacia dónde iban esos virus una vez que ingresaban en el organismo.

Tras concluir la maestría en el 2005 regresó a Puebla y trabajó como docente en algunas universidades del estado; sin embargo, su pasión por la investigación lo condujo hacia otros caminos. Así fue como inició su doctorado en biología molecular en la Universidad de Mánchester, en Inglaterra. Su objetivo era muy claro: probar otras formas de hacer ciencia en otros países y adquirir experiencia suficiente para continuar su preparación como investigador.

Actualmente el doctor López Camacho desarrolla, en coordinación con el doctor Arturo Reyes Sandoval (jefe del laboratorio), una vacuna contra el virus del zika en el Instituto Jenner del Departamento Nuffield de Medicina de la Universidad de Oxford. Sus aportes a la ciencia también se relacionan con la creación de vacunas para el dengue, chikungunya y malaria.

Resulta difícil imaginar que este destacado científico fue en 1997 un aspirante rechazado en el proceso de admisión a la carrera de medicina de la BUAP, a la que quería entrar influenciado por el ejemplo de su hermana mayor. Sin embargo, su destino le tenía preparada una ruta diferente dentro de la ciencia.

“Me quedé a 10 lugares del último puntaje aceptado. Me sentí mal pero insistí porque mi promedio era bueno y mis resultados en el examen de admisión no fueron bajos. Permanecí parado por horas para ver si alguien no llegaba a inscribirse y ese lugar me lo daban, pero al final un funcionario de admisiones me dijo que no tuve suerte. Me dio tres opciones para entrar a la universidad por mi buen puntaje en el examen: matemáticas, física y biología. Me incliné por biología al leer el programa y pensé que el próximo año volvería a hacer el examen para medicina, pero resultó que me gustó tanto la carrera de biología experimental que ya no me cambié (…) La biología molecular y la investigación biomédica me atraparon”, relata para la Agencia Informativa Conacyt.

Un virus que se vuelve 

prioridad

Desde hace tres años, en el Instituto Jenner del Departamento Nuffield de Medicina en Oxford, el doctor López Camacho trabaja con proyectos de enfermedades emergentes y con los virus del dengue y chikungunya, en el laboratorio del doctor Reyes Sandoval, quien también es poblano.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzaría una alerta por la presencia de un nuevo virus, el zika. Para finales de noviembre de 2015, los doctores López Camacho y Reyes Sandoval, apoyados en las colaboraciones con colegas de otras universidades de Latinoamérica, supieron que este virus estaba afectando a un sector poblacional importante, además de estar asociado a la microcefalia en fetos y recién nacidos. Fue entonces cuando el zika se convirtió en prioridad.

Sabemos que el zika es un virus primo hermano del dengue y nosotros ya teníamos trabajo con el dengue. Así que decidimos desarrollar una vacuna contra el zika. Me puse a trabajar muy duro, por días dormí muy poco y lo único que tenía en la cabeza era ‘vamos a hacer esta vacuna y vamos a llegar a pruebas experimentales’. Con el apoyo y colaboración del doctor Reyes Sandoval, un factor importante en este proyecto, el propósito de esta investigación se hizo realidad”.

Gracias al financiamiento obtenido por parte de la Universidad de Oxford y del gobierno británico, se trabajó para realizar pruebas en animales y después probar la inmunogenicidad en modelos preclínicos. Dichos financiamientos se emplearán para producir dosis de la vacuna contra el virus del chikungunya y el zika, para la fase clínica 1 en humanos a finales de 2017.

El resultado fue el desarrollo de 12 tipos de vacunas que servirán para verificar cuál es la más inmunogénica y así probarla en pacientes británicos a finales de este 2017.

Sobre la vacuna para el dengue, el doctor López Camacho reconoce que esta aún se encuentra en fase preclínica porque se tuvo que dar prioridad a la del zika; sin embargo, la vacuna contra el dengue ya está siendo probada en ratones y macacos.

El financiamiento obtenido para la vacuna del zika y chikungunya permitirá la creación de 100 a 200 dosis, además del reclutamiento de pacientes, la aplicación y el seguimiento de los pacientes por algunos meses.

Una vez que se finalicen esas fases lo que sigue es la fase clínica 2, que es hacer más vacuna, pero esta vez será aplicada a personas que están en riesgo o viven en lugares donde las infecciones de chikungunya y zika son endémicas.-Excélsior

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