La modernización, el crecimiento urbano y el intenso calor son algunos de los factores por los que la población no solo adquiere el vital líquido: también hace negocio
OXKUTZCAB.- El consumo de agua embotellada ha ido en aumento, en los más de 10 mil predios de la ciudad.
Hace cuarenta años entró en funcionamiento la primera empresa de este tipo, en el municipio, en ese tiempo muy pocas personas consumían el agua purificada. Posteriormente empezó a operar otra empresa, que es la más antigua, denominada Loltún, propiedad del empresario y emprendedor de origen libanés Raúl Cural; sin embargo, en la última década han surgido más empresas que venden el vital líquido en botellas y garrafones, ofreciendo el servicio a domicilio.
Hoy en día el consumo de agua purificada prácticamente está presente en todas las casas de Oxkutzcab lo que representa más de 250 mil litros semanales, y que con el crecimiento de la ciudad este servicio y las altas temperaturas que rebasan los 40° C, su consumo va en aumento.
En la última década llegaron empresas que han invertido en dispensadores automáticos de agua purificada, instalándose en diversos puntos de la ciudad.
La inversión de un sistema de purificador de agua con dispensador automático, puede ascender a los 200 mil pesos, cantidad que su recuperación tardaría varios años.
Muchos dispensadores automáticos de agua purificada son inversiones de los migrantes.
México se convirtió en el mayor consumidor de agua embotellada en el mundo, junto con Tailandia, con un promedio por habitante de 274 litros al año, según Statista, una base de datos global con información de 150 países. Es la expresión de un negocio controlado por un reducido grupo de empresas, principalmente trasnacionales, muestran datos oficiales.
En el país, prácticamente tres de cada cuatro hogares, 76% del total, compran agua, ya sea en garrafón o botella, según el módulo de hogares y medio ambiente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Ese porcentaje fue de 70% en 2015, según el mismo documento.
Texto: Bernardino Paz Celis
Foto: Cortesía
