La investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán, María de Lourdes Pinto Loria, destacó que, de acuerdo con cifras del Inegi, con corte al 8 de agosto de 2025, Yucatán tiene una cifra de 14 casos por cada 100,000 habitantes, por lo que se ubica en el primer lugar nacional.
“Pero lo alarmante es que, tratándose de niñas, niños y adolescentes, las cifras incrementaron considerablemente en el grupo de edad de 10 a 14 años. Por ello, se debe atención especial a estos casos y hacer todas las intervenciones que sean posibles para comprender qué es lo que está pasando, sea a nivel hospitalario, en primer nivel de salud, al interior de las familias y la comunidad”, subrayó.
Otro aspecto interesante y que debe tenerse en cuenta es que, en estos rangos de edad, las estadísticas muestran un cambio en el panorama epidemiológico, y resulta que las muertes se dan más en niñas y adolescentes.
“Los casos que he podido constatar de riesgo y de intentos que se han atendido en los hospitales están vinculados con violencias, particularmente la violencia sexual, el maltrato y cuestiones relacionadas con el bullying en las escuelas, así como el acoso escolar”, dijo y subrayó que la prevención, en el caso de infantes y adolescentes, debe realizarse a nivel comunitario, escolar y familiar, y que deben desarrollarse programas estratégicos en los que se promueva con mayor dedicación su cuidado.
La investigadora participó ayer en el foro “Cuidar la Mente, Cuidar la Vida”, llevado a cabo en el Congreso del Estado a iniciativa de la diputada Clara Paola Rosales, con el objetivo de construir la Ley Integral de Prevención, Intervención y Posvención del Suicidio.
En el evento participó Edgardo Flores Herrera, promotor de la Red Nacional de Ciencia y Estudio de Riesgo Suicida, quien, en entrevista, comentó que en esta ocasión lo importante es promover que más voces apoyen que esta ley se convierta en una realidad en el estado.
Consideró que el origen del problema es multifactorial, y que va más allá de la influencia genética o de la cultura maya con Ixtab, que, por cierto, ya se demostró que nunca fue considerada una diosa del suicidio. Añadió que hay cuestiones clave como la justicia social, las desigualdades y la discriminación, así como la dificultad para acceder a una vivienda digna y otros temas relacionados, como las condiciones mentales, conflictos familiares e incluso laborales.
Otro aspecto a tomar en cuenta, continuó, es el uso excesivo, no regulado y no disciplinado de las tecnologías, que está afectando de manera muy significativa los temas emocionales que las infancias y adolescencias están viviendo.
Y para contribuir a poner un granito de arena para que nuestro estado paulatinamente deje de ser el primer lugar en suicidios a nivel nacional, el especialista recomendó no tener miedo de hablar del tema, abordarlo en los espacios sociales, y también capacitarnos y formarnos para aprender a identificar las posibles señales que indiquen que alguien está pasando por un malestar, y atrevernos a tomar parte de la acción.
Por su parte, el investigador independiente, Hugo Enrique Munguía Guízar, subrayó la importancia que con este foro se le está dando a esta iniciativa de ley, vinculándose con especialistas para un abordaje integral, lo que abre la esperanza de que puedan aterrizarse muchas propuestas que anteriormente se quedaron como buenas intenciones.
En el evento participaron Marilú Ancona Rosas, presidenta de la Sociedad Yucateca de Suicidología, y Karina Pérez Ramos, presidenta del Colegio de Psicólogos del Estado de Yucatán.
Texto y foto: Manuel Pool




