Beneficios de trabajar en la resistencia física

Trabajar la resistencia debería estar incluido en los entrenamientos de todo el mundo, sea cual sea la condición física y el objetivo último de ese entreno. Estos son algunos de los muchos beneficios que tiene trabajar específicamente la resistencia:

Mejora de la capacidad cardiorrespiratoria, haciendo que pulmones y corazón funcionen de forma más eficiente.

Ayuda a reducir las pulsaciones por minuto del corazón al fortalecer su musculatura. Y es que con el trabajo de resistencia la musculatura del corazón se vuelve más fuerte, lo que le permite bombear más sangre en cada latido. Esto hace que tenga que latir menos veces y, por tanto, se canse menos.

Hace que el consumo máximo de oxígeno aumente.

Mejora la presión sanguínea, ya que la sangre circula con más fluidez.

Aumenta el número de capilares, lo que favorece que lleguen más nutrientes a los músculos. Además, facilita la eliminación de desechos en sangre, lo que implica una fatiga menor.

Ayuda a aumentar el colesterol HDL, el bueno.

Contribuye a reducir el estrés y la ansiedad, ya que colabora en la segregación de las hormonas que nos hacen sentir bien, entre ellas la serotonina.

También facilita la conciliación del sueño y que éste sea de calidad y reparador.

Mejora el funcionamiento de los órganos que se encargan de eliminar las sustancias de desecho, como son los riñones o el hígado.

Al movilizar la musculatura abdominal, tanto la externa como la interna, facilita que el organismo pueda evacuar mejor y, por lo tanto, tiene un efecto laxante.

Ayuda a disminuir la pérdida de minerales que tienen los huesos. Esto es especialmente importante cuando cumplimos cierta edad, donde debido a las variaciones hormonales, sobre todo en las mujeres, nuestros huesos empiezan a perder minerales y aumenta el riesgo de osteoporosis.

Facilita el control del porcentaje de grasa corporal de nuestro cuerpo. La grasa se utiliza como fuente de energía, y ésta se quema en cuanto empezamos a entrenar.

Como ves, el entrenamiento de la resistencia no es solo una cuestión de mejorar tus tiempos o no estar con la lengua fuera antes de tiempo cada vez que sales a correr o jugar al fútbol con tus amigos.

EJERCICIOS

El tipo de ejercicios que una persona puede hacer para mejorar su resistencia va a depender de la disciplina que realice, ya que se trata de una actividad que tiene que ir siempre acompañada y combinada con rutinas de fuerza o velocidad, por ejemplo. Se potenciarán más unas cualidades que otras, pero sin olvidarse de ninguna de ellas.

Un entrenamiento específico de resistencia es siempre progresivo, por lo que habrá que ir adaptándolo a medida que se vayan cumpliendo objetivos. Como en cualquier otro ejercicio, siempre habrá que empezarlo con un calentamiento y terminarlo con unos estiramientos que ayuden a evitar posibles lesiones.

La rutina dependerá mucho del estado de forma inicial y del objetivo, pero lo habitual cuando se quiere trabajar la resistencia cardiovascular es que las sesiones tengan un mínimo de 40 minutos, al menos tres días por semana.

Para medir los progresos, es muy útil hacerse con un reloj o pulsera que, con tecnología GPS, ayuda a registrar tiempos y distancias, aunque un sencillo podómetro también puede ser de ayuda para los amateurs.

Lo ideal es combinar la rutina de resistencia cardiovascular con la de fuerza e ir aumentando el número de minutos y de sesiones según vaya avanzando la forma física general. Y, sobre todo, es fundamental tener paciencia y constancia.

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