Estados Unidos insistió ayer en que quiere gestionar de forma responsable su relación con China, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, llamara “dictador” a su homólogo chino, Xi Jinping, algo que ha molestado a Pekín.
Biden hizo estas declaraciones poco después de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, concluyera su viaje a China, en el que se reunió con Xi para rebajar la tensión con el gigante asiático.
“El presidente y el secretario han sido muy claros en que gestionaremos de forma responsable la relación y mantendremos abiertas las líneas de comunicación con China”, dijo el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, en una rueda de prensa.
Eso, prosiguió Patel, no significa que no haya “discrepancias” entre Washington y Pekín sobre diferentes temas, incluida la diferenciación entre “democracias y autocracias”.
Al llamar a Xi “dictador” el martes durante un evento para recaudar fondos, Biden hablaba sobre el incidente con el supuesto globo espía chino que Washington derribó el pasado febrero tras ser detectado sobrevolando suelo estadounidense. Según el mandatario estadounidense, Xi se sintió “avergonzado” por el episodio, ya que “no sabía” que el globo estaba ahí. “Esa es la gran vergüenza de los dictadores, cuando no saben que algo ha pasado”, añadió.
China criticó ayer las palabras de Biden, que llamó “dictador” a su homólogo chino, Xi Jinping, al considerar que son “extremadamente irresponsables” y “una provocación política”.
“Esos comentarios son absurdos y completamente irresponsables. Violan los hechos, el protocolo diplomático y la dignidad política de China. Es una provocación política, realizada de forma pública”, dijo hoy la portavoz de Exteriores Mao Ning en rueda de prensa.
Texto y foto: Efe