Era el 25 de diciembre del 2012 y las manecillas del reloj marcaban las 3:40 de la tarde. Una pipa con 70 mil litros de combustible había impactado en el puente de periférico con carretera a Valladolid.
Al oriente se encontraba una gasera; al poniente, una gasolinera; al sur, un despacho de Autogas y en frente
de allí una colonia popular. En cualquier momento pudo haber ocurrido una desgracia. “Sin embargo, aplicamos los conocimientos y pudimos detener el fuego que se había generado. Tras varias horas, el aplauso se hizo presente; era la gente que, a lo lejos, reconocía nuestro esfuerzo y labor Ese ha sido el mayor reconocimiento que he tenido durante mi carrera”.
Esta es la historia más recordada por el comandante Jorge Flores Martínez, director de siniestros y rescate, quien lleva 32 años de servicio como bombero.
En algún momento de la niñez, todos, imaginamos lo que queremos ser de grandes. Algunos, doctores; otros, policías y otros más, bomberos. Oficios que van encaminados al auxilio y a la ayuda comunitaria, pero es en el largo camino donde pocos llegan a esos anhelos de infancia.
En entrevista para Punto Medio Excélsior el comandante Jorge Carlos Flores Martínez compartió parte de su vida y experiencia que ha vivido durante más de tres décadas y que lo ha llevado a ser el primer director con carrera de bombero.
Compartió que desde niño tenía esa admiración por estos hombres, muchas veces desconocidos y que arriesgan
su vida para salvar la de otros. Empezó, por casualidad, como voluntario en Mérida, de ahí, su esfuerzo y disciplina lo llevó a pasar por todos los rangos hasta ser comandante.
Y es que para este oficio no hay descansos, fiestas, ni vacaciones, por lo que muchas veces se necesita del respaldo y apoyo de una familia, la cual a diario vive en incertidumbre; sin embargo, se dice orgulloso y no se arrepiente de dedicarse a esta actividad.
El teléfono suena; una llamada de auxilio se hace presente. De inmediato, todos corren a la unidad.
Mientras el camión va en marcha, el personal se pone su traje: casco, chaquetón, pantalón de tela especial,
botas, guantes, para enfrentar lo desconocido.
-Para nosotros es una adrenalina que tenemos dentro y nos da ese valor esa fuerza para enfrentar lo que
vamos a contraer en ese lugar. Es parte de nuestro trabajo día a día-, expresó.
Actualmente la labor del bombero es más que apagar incendios, es atender fugas de gas, es dar primeros
auxilios, rescatar a personas de elevadores, de edificios altos, así como manejar material peligroso, por lo
que la fe es parte del acompañamiento diario.
Llamadas de auxilio
A diario se reciben de 70 a 80 llamadas, de las cuales, 5 son falsas alarmas. -Hay muchas cosas que nos pasan, las falsas alarmas existen. Nos pasó en una zapatería que estaban fumigando-, dijo.
Dentro de la preparación que recibe el cuerpo de bomberos se encuentra la asistencia a cursos y congresos de actualización y manejo de materiales peligrosos, por lo que adelantó se planea un curso internacional con sede en Mérida con iguales de Estados Unidos.
Reconocimiento público
En el marco del Día de Bombero, a celebrarse el próximo 22 de este mes, se llevará a cabo una ceremonia conmemorativa en honor a quienes cayeron en el cumplimiento de su deber, así como recibir de manos del mandatario estatal, Rolando Zapata Bello, estímulos económicos a quienes cumplen 10, 15, 20, 25 y 30 años de servicio.
Estaciones
Para dar la atención necesaria, el cuerpo de bomberos cuenta con 15 estaciones en Mérida, así como
13 destacamentos al interior del estado ubicados en municipios como Tizimín, Valladolid, Motul, Maxcanú,
Progreso, Tekax, Ticul, Peto, Umán y Izamal y en la zona costera: Celestún, Sisal, Progreso, Telchac Puerto,
Dzilam de Bravo, Río Lagartos y El Cuyo.
Asimismo, 100 vehículos entre camionetas, carros bombas, pipas, escalera telescópica y lanchas. “Contamos con equipo a la vanguardia por el material peligroso, se tienen que proteger, se debe estar preparados
y equipados”.- Jesús Gómez
