Como “punching bag”
Una inveterada costumbre del sistema político mexicano, particularmente de la forma de hacer política al más puro estilo del viejo y del nuevo PRI, es echarle la culpa al anterior de todo lo malo que sucede en el presente, con el peregrino afán de quedar impolutos, inmaculados y en olor de santidad.
Calderón “equivocó” la estrategia contra el crimen organizado y el narcotráfico. Lo que nunca dijeron, ni van a decir, es que nadie –jamás– señaló cuál debería ser y qué aspectos tendrían que cambiar.
El asunto es que no ha cambiado nada.
Se habló mucho –a manera de propaganda estéril– de “los muertos de Calderón”, y ahora ya no se habla –cuando bien podía señalarse así– de la cantidad brutal de muertos contabilizados durante
la actual administración federal.
Pero, en fin, Calderón “¡Es el culpable!”
Recientemente, Ochoa Reza, el encargado-administrador del PRI –dista mucho de ser el líder que requiere el partido– aseguró que Calderón es el culpable de los mediocres resultados obtenidos en la prueba PISA. Y todo, por la
amistad que el michoacano tuvo con Elba Esther Gordillo.
Con esta forma de repartir culpabilidades y hacer mutis, Felipe también podría ser acusado del triunfo de Trump, de la depreciación del petróleo en la OPEP, y de no asegura el NAFTA. Este aprendiz de escribano se adelanta: Aprovechando el viaje, acúsesele de los problemas que ya hay en Tijuana por la falta de servicios y atención que provoca la inmigración, del Brexit, de Alepo y del alza en las gasolinas anunciada ya, para enero del 2017. Digo, por temas no quedamos.
Más leña al fuego
Desde luego, las tropas salieron a las calles, porque las policías estatales y municipales están “contaminadas”; además de que, desde el 2008 al 2011, la estadística contra los derechos humanos por parte del Ejército y la Marina Armada, crecieron de forma impresionante. O sea, ¡qué gacho es Calderón! Este amanuense supone que el ombudsman no ha leído al periodista Rafael Cardona, que aseguró en entrevista con Mario Campos, que la mayor cantidad de denuncias sobre el tema de los derechos humanos, son contra el IMSS.
La prueba PISA
Y ahora, para no faltar, se comprobó la mediocridad del sistema educativo nacional. El 81 por ciento tienen un aprendizaje insuficiente o mínimo –elegante forma de decir que “no la hacen”– en Ciencia, Matemáticas o Lectura. Es decir, como destaca Mexicanos Primero, “quienes asisten a la escuela NO APRENDEN”. Esto es, este modelo educativo
que tenemos, no lo tiene
ni Vietnam, como dirían los clásicos.
Y como los chavos evaluados oscilan entre los 15 y 16 años, la culpa es de Fox y también de Calderón, porque “son hijos de la alternancia” y porque además, el político panista le entregó la Subsecretaría de Educación Básica a
la maestra Gordillo. Este tipo de aseveraciones tiene un fuerte tufo a dos cosas: una, que hay alguien que desea pavimentar el camino para López Obrador mismo que aseguró que derogará el Artículo Tercero de la Constitución; o
bien, que ante la incapacidad de un gobierno federal de definir el “nuevo modelo educativo”, como siempre sucede en estos casos, es necesario encontrar, descubrir y ofrendar al pueblo un culpable.
No servirá para nada, pero culpar de todo a Calderón, y colgarle el sambenito de “maloso”, no pasa de ser una catarsis bastante circense. Al tiempo.