El año pasado suposo la primera vez que la temperatura media del planeta sobrepasaba el umbral de calentamiento seguro para el clima, el grado y medio sobre la era preindustrial, pero aunque es “una señal de alarma”, no significa que se haya incumplido ya con el objetivo de París: que el calentamiento en 2100 no supere en 1.5 ºC la temperatura de 1850-1900.
Así lo señala en una entrevista con EFE el científico italiano Carlo Buontempo, responsable del servicio de cambio climático de Copernicus (C3S), el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea, que ha constatado que 2024 volvió a batir récords de temperaturas y fue el más cálido desde que existen registros.
Estuvo 1.6 ºC por encima del periodo preindustrial, y eso supone que supera el grado y medio, algo que, a juicio de Buontempo, debería interpretarse como “una señal de alarma”.
“Si el clima sigue calentándose de esta manera, muy pronto llegaremos a sobrepasar el límite del Acuerdo de París. Es posible que sea al principio de la próxima década, o aún se podría llegar al grado y medio antes de 2030”, subraya.
Pero hay un problema con la definición del objetivo del Acuerdo de París, considera el climatólogo, y es que “para saber si lo hemos incumplido tenemos que esperar hasta mucho después de haberlo pasado”.
Porque la meta del Acuerdo de París se centra en una media de 20 ó 30 años. O sea, cuando en una ventana de al menos dos décadas la temperatura media del planeta sea más de un grado y medio mayor que los niveles de ese periodo sabremos que la humanidad no habrá logrado el objetivo, fijado por cerca de 200 países en la cumbre del clima de la ONU de 2015 (COP21), que acogió la capital francesa.
“Igual en 20 años podríamos decir: vale, en el momento en el cual pasamos el umbral fue, por ejemplo, en 2029”, explica el experto, quien recalca que es algo que no se sabe cuándo sucederá “porque depende de qué pasa con el clima”.
Los especialistas en cambio climático afirman que es probable que se supere en esta década, pero no hay certezas. Si hay grandes erupciones volcánicas, como fue la del Tambora (1815) o el Krakatoa (1883), se podría ganar tiempo, pues éstas pueden enfriar el clima.
En todo caso, la comunidad científica insiste en cada informe sobre cambio climático que “cada décima cuenta”, y por ello, incluso si no se logra la meta de París, el mundo debería hacer todo lo posible por que el calentamiento no llegue a los 2 ºC o más.
Y es que las consecuencias del cambio climático se agravan a medida que aumenta la temperatura.
La última década ha sido la más cálida de la serie histórica. Hasta conocer la temperatura media de 2024 (15.10 ºC), el año más cálido registrado era 2023.
Si cada año se baten récords de temperatura, ¿puede la población desconcertarse, confundirse o, peor, anestesiarse ante este tipo de titulares? Carlo Buontempo percibe que “hay un poco de cansancio al escucharnos decir que otra vez, otro año más, se ha batido el récord de temperatura máxima”.
Pero reivindica que se ponga en valor el conocimiento científico que existe al respecto. “Sabemos algo de lo que está pasando. Tenemos millones y millones de datos sobre el estado del clima. Sabemos hacer previsiones de lo que pasará de aquí a algunos años y yo creo que eso es un lujo”, dice.
“Como sociedad tenemos que estar agradecidos de tener esta información porque, aunque se puede encajar en la lógica del cansancio, sería más interesante mirarlo como la oportunidad que esta información nos da”, añade.
Buontempo arguye que, si no existieran los estudios como los que lleva a cabo Copernicus, así como la Nasa o la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica de Estados Unidos (NOAA), entre otras agencias, “a lo mejor llegarían estos años y ni siquiera habría noticias”.
Siempre hay multitud de factores que influyen en el sistema climático, que “es muy complejo y responde a muchísimos forzantes, como puede ser la radiación solar o las erupciones volcánicas, o, en el último año y medio, también el fenómeno El Niño”, apunta el experto.
“Pero los niveles que vimos en 2023 y en 2024 no se pueden explicar sin integrar la subida seguida y generalizada de los gases de efecto invernadero”, sentencia.
El CO2, además, “vive muchos años, décadas, en la atmósfera, así que no cuenta sólo lo que emitimos hoy sino lo que hemos emitido en los últimos 20, 30 ó 50 años”.
La correlación, insiste Buontempo, es evidente: “a más gases de efecto invernadero tenemos en la atmósfera, más temperatura”.
Texto y fotos: EFE / Agencias