Campañas negativas, ¿democracia?

 

¿Es válido hacer campañas negativas contra algún otro candidato para cambiar la preferencia de los votantes? Las campañas negativas se centran en demeritar al otro candidato, ya sea por algún hecho o característica suya o por un daño colateral que su victoria generaría.

El Dr. John G. Geer dice en su libro “In Defense Of Negativity” (“En defensa de la negatividad”) que en Estados Unidos los periodistas, académicos y votantes tienden a ver las campañas negativas en contra de algún contrincante como justamente lo que son: negativas.

Es decir, rechazan las campañas negativas por considerar que estas desnivelan el suelo democrático, dando paso a una competencia injusta y sesgada. Sin embargo, el autor se posiciona contrario a esta creencia: las campañas negativas son buenas porque ayudan a que conozcamos cosas del otro candidato que si no, no habría manera de saberlas. Esto nivela aún más el suelo de la democracia, al permitir que toda la información sea libre.

Cuestiono el argumento de Geer, desde la elección que estamos viviendo. El problema es cuando la información que se comparte no es real. Si se permite la “campaña negativa”, entonces, ¿alguien estará vigilando que toda la información sea verídica y que ofrezca al votante mayor información para hacer una decisión más certera o más acorde a sus reales preferencias?

Hoy en día tenemos a Verificado 2018, una gran iniciativa que se ha posicionado como el vigilante de la veracidad de la información en campañas. Sin embargo, no todos tienen acceso a esta plataforma (es vía internet) y aunque lo tengan, desconocen de la plataforma. Además, es muy probable que quienes no tienen acceso a esta plataforma, sí escuchen las declaraciones falsas sobre los otros candidatos.

En el debate, todos los candidatos se acusaban mutuamente de corruptos. Éste es un ataque a una característica del candidato. Que si AMLO tardó 14 años en acabar la carrera y sigue ocultando los misterios del segundo piso, Anaya con los negocios turbios y Meade con una estafa maestra que pasó debajo de sus narices mientras estuvo a cargo.

También existen los ataques a los pronósticos de daños por el gobierno de los candidatos (si ganan): que Anaya será la continuidad de la guerra de Calderón, Meade de la violencia y corrupción del PRI y AMLO nos llevará a ser Venezuela.

¿Son justos estos ataques? Primero tendríamos que pensar si son verdaderos o no. Si son verdaderos, entonces no habría motivo de ocultarlos, pero, si son falsos, desnivelan el terreno de juego.
Los hechos realizados por los candidatos o sus características son más fáciles de verificar. Sin embargo, los pronósticos de daños por ganar la elección pueden estar sesgados a propósito, ya que existen muchas maneras de hacerlos y medirlos. Basarse en un análisis es una de las únicas maneras de comprobar las declaraciones sobre el futuro de la llegada de un candidato al poder. Pero, el análisis puede estar sesgado. Un ejemplo que se asemeja fue cuando Anaya dijo en el debate que los secuestros habían aumentado y la inversión disminuido durante el período de AMLO en la CDMX. #Verificado2018 refutó lo dicho por el candidato, pero luego dijo que estaba bien, ya que los asesores de Anaya le habían mandado el análisis de donde habían sacado los datos y que, al ser la metodología distinta, habían obtenido resultados diferentes pero que eran igualmente verdaderos.

Siendo la información tan manipulable (porque, además, pocos dicen sus fuentes) y el país y sus instituciones tan corruptibles, pareciera que las campañas negativas afectan y desnivelan el suelo democrático en vez de emparejarlo.

¿Qué hacer? Considero que solo nos queda comprobar las fuentes de los datos y su veracidad, promover y compartir solo información verdadera (esto es, dejar de compartir cadenas erróneas de whatsApp y Facebook) y no suposiciones, ya sean bien o mal intencionadas.

Lo anterior no inhibe la posibilidad de compartir opiniones y críticas, sin embargo, siempre hacerlo a título personal o citar correctamente lo respectivo. Sobre todo, condenar a quienes comparten y promueven campañas de información falsa o manipulada.

Por Renata Millet Ponce
milletrenata@gmail.com

* Estudiante de Ciencia Política en el ITAM y Pedagogía en la UNAM. Lectora, amante del mar y la navegación.

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