“¡Envíenla de vuelta! ¡Envíenla de vuelta!”. Los últimos cánticos racistas contra una congresista musulmana en un acto electoral del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avivaron ayer la tensión y la polarización política de cara a las elecciones del próximo año. Los lemas fueron coreados por los seguidores de Trump en un acto de campaña del gobernante el miércoles en Greenville (Carolina del Norte), después de que el mandatario cargara contra la legisladora Ilhan Omar, una joven musulmana nacida en Somalia que representa en el Congreso de EU a uno de los distritos de Minesota.
Trump evitó sumarse al coro de voces, pero se mantuvo en silencio con una sonrisa cómplice. Poco después, de regreso a Washington, el presidente alabó a los asistentes.
“Qué multitud y qué gran gente. El entusiasmo va a acabar con nuestros rivales de la izquierda radical”, afirmó Trump en Twitter.
El incidente generó tal polémica que Trump decidió ayer jueves distanciarse de los cánticos y aseguró que no está “de acuerdo” con lo que corearon sus seguidores.
“No me gustó escuchar ese cántico”, aseguró Trump en declaraciones a los periodistas, y presumió de haber “empezado a hablar muy pronto” para atajarlos, a pesar de que el vídeo demuestra que dejó que la frase sonara durante trece segundos antes de retomar su discurso.
La oposición que expresó el mandatario llegó después de que algunos congresistas republicanos lamentaran lo sucedido, entre ellos el líder de la minoría republicana en la Cámara Baja, Kevin McCarthy, quien dijo que esos cánticos “no tienen lugar en el Partido ni en el país”.
En cambio, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, se limitó a pedir que se “rebaje el tono de la retórica en el país”, y se deje de usar “de manera rutinaria” la palabra “racismo”, sin condenar los cánticos.
“Aquí la cuestión es (…) ¿dónde quieren llevar a EU? Quieren convertir a EU en un país socialista”, subrayó McConnell en declaraciones a los periodistas en el Capitolio.
La congresista Omar, por su parte, llamó ayer “fascista” a Trump y opinó que en EU debería “permitirse el disenso democrático”. “Hemos dicho que este presidente es racista. Hemos condenado sus declaraciones racistas. Creo que (también) es fascista”, aseguró Omar a los periodistas en el Capitolio.
Mientras, Kamala Harris, senadora demócrata y una de las favoritas a la candidatura presidencial de su partido, calificó las declaraciones del mandatario de “viles, cobardes y xenófobas”.
“Es racista. Ensucia la oficina del presidente (…) Es hora de sacar a Trump del cargo y unir al país”, remarcó Harris.
La controversia ha ido creciendo desde que el pasado domingo Trump atacara a un grupo formado por cuatro jóvenes congresistas demócratas, conocido como “La brigada” (“The squad”) y que integran la latina Alexandria Ocasio-Cortez, la afroamericana Ayanna Pressley, junto las musulmanas Rashida Tlaib y la mencionada Omar.
Las congresistas son parte del ala más progresista del partido demócrata y han lanzado ambiciosas propuestas con escaso recorrido legislativo, como el multimillonario “Nuevo Pacto Verde” para combatir la crisis climática o un plan público de cobertura de salud universal.
Todas ellas son ciudadanas estadounidenses y tres de ellas nacieron en el país, mientras que Omar nació en Mogadiscio (Somalia) pero obtuvo la nacionalidad de EU cuando era adolescente, después de llegar como refugiada al país junto a su familia.
Ocasio-Cortez, de padres puertorriqueños, ha acusado a McConnell de ser “cómplice en el avance del racismo en EU y de “no tener las agallas para criticar” las palabras de Trump.
Por su parte, Trump ha rechazado pedir disculpas y ha insistido en que no tiene “un solo hueso racista en su cuerpo”. El ex vicepresidente y también aspirante a la candidatura demócrata en 2020, Joseph Biden, replicó con ironía que si Trump no tiene un “solo hueso racista en su cuerpo” es que “carece de huesos”.
“No creo que la vasta mayoría de los republicanos en el Congreso se sienta así, pero ahora mismo es quien manda en el Partido Republicano”, dijo Biden en una entrevista con la cadena ABC.
No es la primera vez que Trump se ve envuelto en polémicas por sus comentarios raciales y su condescendencia con el supremacismo blanco.
En 2017, tras los enfrentamientos entre neonazis y antifascistas en Charlottesville, donde una mujer murió atropellada por un nacionalista blanco, Trump responsabilizó de la violencia tanto a los grupos neonazis como a los manifestantes de izquierda y llegó a considerar que había gente “muy buena” entre los supremacistas.
Texto y foto: Agencias