Casas editoriales tienen buenas expectativas de venta en la Feria del Libro

La organizadora del evento, Roxana Maldonado Espinosa, señala que la lectura digital aún no desplaza a la impresa

Con la meta de vender entre el 10 ó 15% de los 25 mil ejemplares que exponen 16 editoriales se inauguró la edición 74 de la Feria Municipal del Libro, que organiza el Ayuntamiento de Mérida y la Asociación de Editores y Libreros de Yucatán A. C., que estará en el Pasaje de la Revolución hasta el 7 de mayo.

En entrevista, la organizadora Roxana Maldonado Espinosa declaró que están contentos porque aumentaron los expositores que en años anteriores, pues la pandemia propició que algunas editoriales cierren.

El año pasado, la compañía Nielsen BookScan, que da seguimiento semanal a la compra de libros en dos mil puntos de venta en México, afirmó que las librerías vendieron más de 20 millones de ejemplares y facturaron más de 5,000 millones de pesos. Un respiro que la industria espera que se prolongue durante este año, a pesar del encarecimiento de las materias primas, principalmente el papel.

Dijo que entre los libros que más se leen figuran los cuentos, la novela y en el caso de su editorial promueven a los escritores yucatecos, así como a la cultura maya.

Señaló que ha aumentado la lectura a través del libro electrónico, pero que no ha dejado de leerse el impreso.

Resaltó la labor que realiza la Sedeculta (Secretaría de la Cultura y las Artes), el Ayuntamiento de Mérida y la Segey (Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán) para fomentar la lectura, pero también los padres de familia tienen que colaborar.

En la inauguración del acto, el director de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Irving Berlín Villafaña, señaló que la pandemia hizo que la gente se aislara, se dejó de asistir a los eventos y se utilizan más las plataformas, lo que ha costado que regresen a estos eventos.

Indicó que con los dispositivos electrónicos, la lectura tiene un panorama engañoso porque se lee más y menos, se leen más mensajitos, pero no hay profundidad.

Texto y foto: Darwin Ail