Dando vueltas por la ciudad en busca de imágenes se atravesó en mi camino el Cementerio de Xoclán. Eran apenas pasadas las 12 del mediodía y eso quizá me invitó a pasar, que intentarlo a altas horas de la noche. El mexicano y su cosmovisión de la muerte es única. La manera de honrar a sus difuntos al llevarles flores y pintar sus tumbas de colores nos enseña que el recuerdo de sus seres queridos y familiares los mantiene vivos. Imágenes de santos, ángeles y la Virgen María se pueden observar por todo el camposanto, que, como cada año, espera lucir su mejor cara en el Día de Muertos.
Texto y fotos: Luis Payán