En un esfuerzo conjunto, organizaciones civiles, instituciones académicas y centros de investigación convergieron en la comisaría municipal de Chablekal para despertar la conciencia ambiental entre estudiantes del Telebachillerato Comunitario local, quienes se perfilan como los futuros guardianes del Parque Nacional de Dzibilchaltún, área natural protegida que resguarda 539 hectáreas de invaluable biodiversidad a escasos metros de su comunidad.
La iniciativa, que reunió a Buzos Técnicos Deportivos de Yucatán AC, el Centro de Investigación Científica de Yucatán (Cicy) y la Unam-Sisal, se materializó a través de una feria informativa y charlas especializadas que buscaron transmitir a las nuevas generaciones la importancia crítica de preservar este patrimonio natural, hogar de 156 especies de aves, 38 de mamíferos, 38 de reptiles y 13 de anfibios.
La bióloga Gricely Ciau Caamal, una de las ponentes, explicó que la elección de Chablekal no fue casualidad.
“La comunidad pertenece a la zona de influencia del parque nacional, está ligada por su importancia social y cultural de manera directa. Tiene el potencial de impactar de manera positiva o negativa”, señaló durante su intervención, donde detalló que Dzibilchaltún forma parte de las 48 áreas protegidas de la Península de Yucatán.
José Antonio Ceballos Uc, administrador de Buzos Técnicos Deportivos de Yucatán y uno de los principales organizadores del encuentro, enfatizó el trabajo de restauración del hábitat acuático que realizan desde hace tres años, particularmente en el cenote Xlacah, donde habitan especies endémicas como la poecilia velifera, una especie que no se encuentra en todos los cenotes del interior del estado.
El trabajo de conservación incluye múltiples frentes: control del lirio acuático para mantener la salud del cenote, análisis periódicos de calidad del agua en colaboración con la Unam, identificación de especies acuáticas –incluyendo la dama ciega y diversos crustáceos que habitan en las cavernas–, así como monitoreo constante de flora y fauna terrestre.
“Realizamos buceos de dos a tres veces al mes en promedio, con variaciones según las temporadas de secas y lluvias”, detalló Ceballos Uc, quien destacó el registro de especies emblemáticas como el jaguarundi, el tigrillo y el venado, todas bajo presión por el crecimiento de desarrollos urbanos circundantes.
Texto y foto: Acom




