Algunos expertos dicen que las personas inteligentes no solo trabajan en aumentar sus conocimientos académicos o matemáticos: también desarrollan su inteligencia emocional y dedican parte de su tiempo a proteger y trabajar en su salud mental.
Lo que pasa es que, así como la salud física puede afectar tu vida de muchas formas, la salud mental también es un factor clave, ya que puede afectar cosas como la productividad, la motivación, el nivel de felicidad que sientes y la manera en la que resuelves tus problemas y lidias con el estrés y los retos que se presentan.
Cuando tu salud mental no está bien y necesita que la fortalezcas, entonces puedes tener un enfoque más negativo, tienes más posibilidades de dejarte aplastar por los errores o por las cosas que no salen exactamente como quieres, llegas a disfrutar menos de las cosas que te gustan, e incluso puedes tener un mayor grado de deterioro cognitivo, de soledad y una vida más corta.
Es por esto que las personas que son realmente inteligentes nunca dejan de ponerle atención, y no solo buscan buenos hábitos para mejorarla, también evitan ciertas cosas que saben que la afectan negativamente y que pueden ser muy dañinas.
Personas tóxicas
Hay personas que pueden actuar como “vampiros” de tu paz mental, de tu energía, de tu felicidad y bienestar, y esas son las personas que definitivamente no necesitas en tu vida, tanto en lo personal como en lo laboral.
Las personas tóxicas no siempre se pueden evitar (como cuando una de ellas es tu jefe), pero puedes poner límites, reducir las interacciones que tienen y crear espacio físico cuando su toxicidad se descontrola, esto para evitar que esa toxicidad te contagie y comience a afectar tu vida.
Decir que sí a todo
Hay una película llamada Yes Man, donde un hombre decide empezar a decir que sí a todo y eso lo lleva a vivir todo tipo de aventuras. En el mundo real, eso puede ser muy dañino, ya que aceptar todo puede hacer que termines agotado, trabajando demasiado o con una carga de responsabilidades que es mayor a la que puedes manejar sin sufrir.
Claro que hay que estar abiertos a experimentar, a probar cosas nuevas y a empujar los límites, pero también hay que entender que la palabra no no es una ofensa y no hay que bloquearla del vocabulario.
La adicción al trabajo
Ser un adicto al trabajo no es lo que te va a llevar al éxito profesional, lo que va a pasar es que te va a dar burnout, tu productividad va a sufrir, tu cerebro no va a tener tiempo para recuperarse, y puedes perder la concentración y la claridad.
Hay que dedicarle tiempo al trabajo, pero respetando los horarios y entendiendo que se necesita un balance, para que puedas desarrollarte como persona de otras formas, y tengas tiempo para estar con tus amigos, buscar hobbies y más.
El sedentarismo
Lo creas o no, llevar un estilo de vida muy sedentario también puede afectar tu salud mental, además de la física.
La ciencia ha encontrado que el ejercicio y la actividad física no solo son buenos para el cuerpo, también lo son para el cerebro y te pueden ayudar con cosas como el estrés, la autoestima y el estado de ánimo, así que es importante moverse más.
Sacrificar sus horas de sueño
Bill Gates dijo en una ocasión que él solía sacrificar sus horas de sueño para poder trabajar más y dedicarse a desarrollar su negocio, hasta que se dio cuenta de que eso no le estaba dando buenos resultados.
Dormir es una necesidad y todo tipo de estudios al respecto confirman que debes hacerlo por lo menos por unas 7 u 8 horas cada noche, ya que esto le da tiempo a tu cuerpo de llevar a cabo muchos procesos, e incluso permite que tu trabajo consolide la información que recibió en el día.
El perfeccionismo
Intentar ser perfecto en todo es una receta para el desastre. La perfección no existe, somos humanos y eso significa que vamos a cometer errores constantemente, y pensar lo contrario solo lleva a que te sientas más frustrado, ansioso y estresado, y evita que puedas ver los errores como lo que son, una oportunidad de aprender y crecer.
Aferrarse a las cosas que no pueden controlar
Hay algunas cosas que, sin importar cuánto te esfuerces y trabajes, no vas a poder cambiar o controlar, e intentar hacerlo también puede ser una de las razones por las que tu salud mental no está tan bien. El pasado, por ejemplo, es algo que no puedes cambiar. Lo que sí puedes hacer es cambiar y controlar la manera en la que reaccionas a las cosas, buscando un enfoque más constructivo y bueno para ti.
Datos a destacar
El Triángulo del Drama
De acuerdo con el Mindful Science Center, hay una cosa que se conoce como
Triángulo del Drama y es algo que las personas realmente inteligentes intentan no tocar y evitar.
Este triángulo se refiere a tres posturas negativas que puedes tomar al momento de enfrentarte a un conflicto o a una situación difícil, que son la víctima, el perseguidor y el rescatador, que son posturas que en realidad te dejan sin poder y evitan que puedas resolver las situaciones de manera adecuada.
Texto y fotos: Darwin Ail