Everardo Flores Gómez
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El cicloviajero es una clase de persona que lleva al extremo la actividad ciclista. Para un cicloviajero la bici es más que un instrumento para ejercitarse o para transportarse, la bici es su vivienda, más que eso, es su hogar. A lo largo de los años he conocido a muchos cicloviajeros y nunca vi a alguno que fuera especialmente un gran atleta, aparentan ser personas comunes y corrientes, pero no lo son, todos ellos son dueños de una gran determinación.
Son ese uno por ciento que se atreven a hacer lo que el 99% sueñan con hacer. Los he visto con bicis caras, con bicicletas de baja gama, con recumbentes, bicicletas tándem y hasta en monociclo. Por la propia naturaleza de su actividad son individuos sociables, en cada población por la que pasan deben conseguir alimentación y alojamiento y ello les obliga de alguna manera a entablar plática con todo tipo de personas. La mayoría de los cicloviajeros viajan solos, pero hay quienes lo hacen en grupo como los de la ruta chichimeca que cada año atraviesan el país de frontera a frontera, a veces terminan su viaje en Chiapas, otras veces en Quintana Roo.
Una vez pernoctaron en Mérida y me ofrecí para encaminarlos hacia Cancún y pedaleé con ellos hasta Motul. No son pocos los cicloviajeros que viajan en pareja, ya sean amigos, novios o esposos e incluso lo hacen en familia como los ciclistas belgas que no hace mucho tiempo pasaron por Mérida, papá, mamá y sus cuatro hijos pequeños viajando en bici alrededor del mundo, o como el caso de Noala Guerra quien viaja con su esposa Nancy y su hijo pequeño León, quienes por cierto este mes de abril iniciarán un viaje desde San Luis Potosí hasta Mérida para llegar al Foro Nacional de la Bicicleta que tendrá lugar el mes de junio.
Hay también quienes viajan con su mascota como Abril, la cicloviajera oaxaqueña quien también pasó por esta ciudad arrastrando en su remolque a “Gondar”, su dálmata. Abril ha recorrido en bici el continente americano y el africano, a principios de este año vi en sus redes que regresó a África y ahora mismo recorre la India en bici. Todo un ejemplo el de Abril, como el de mi amiga Bertha Corte, quien fue la primera mexicana en recorrer toda la costa australiana en bicicleta, al volver a México, clásico de las redes sociales, personas que nada les parece le dijeron que cómo era posible que recorriera Australia en bicicleta y no hubiera recorrido México, nomás le picaron la cresta como se dice, con más de 55 años Berta decidió recorrer México en su bicicleta.
Tuve el privilegio de hospedarla en mi casa y escuchar algunas de las mil aventuras que ha pasado. Bertha publicó su viaje en bicicleta por Australia en tres tomos los cuales atesoro en mi biblioteca. Hay también algunos cicloviajeros que pueden considerarse como muy destacados no sólo por el número de países que han recorrido en bicicleta sino por todos los años que les ha llevado hacerlo, menciono aquí a dos. Álvaro Neri, el español que durante 13 años recorrió el mundo ofreciendo un espectáculo para niños y adultos disfrazado de payaso, el biciclown es como se le conoce mundialmente, ha publicado varios libros y documentales y actualmente ofrece conferencias motivacionales por todo el planeta.
Otro BikeStar cicloviajero es el argentino Pablo García, quien durante 16 años recorrió 106 países y casi 170 mil kilómetros, toda una proeza. Pablo pasó por esta bella ciudad y al igual que todos los cicloviajeros que he mencionado, salvo Álvaro Neri, rodó en el Paseo Nocturno de Cicloturixes.
A Pablo lo conocí en Coyoacán, vendiendo sus artesanías que era lo que le ayudaba a financiar su viaje, le di mis datos y le pedí que si pasaba por esta ciudad me contactara. Cuando escucho la expresión “gente de mundo” pienso en los cicloviajeros que viajan a ras de piso, quemando llanta y conociendo personas y rincones del planeta que difícilmente alguien que por el mundo en transportes convencionales lo puede hacer.
Todo mi reconocimiento para esta clase especial de ciclistas que les toca padecer los mismos sinsabores de cualquier ciclista en las calles y que también arriesgan sus vidas, pero se llevan como recompensa un legado de conocimiento de este planeta tierra y sus habitantes que resulta invaluable.