Salvador Castell-González
El 10 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, una fecha que busca promover el papel de la ciencia en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y sostenible. La ciencia es una herramienta poderosa para generar conocimiento, innovación y soluciones a los desafíos globales y regionales a los que nos enfrentamos, como el cambio climático, la pobreza, la salud, la contaminación del agua y la educación. Pero la ciencia también implica responsabilidad, ética y valores, y debe estar al servicio de la paz y el bienestar de la humanidad.
Este año, el tema del Día Mundial de la Ciencia es “Generar confianza en la ciencia”, que destaca la importancia de la inclusión de la ciencia en la toma de decisiones, en nuestra vida diaria, en lo que hacemos en general como una herramienta importante para el desarrollo sostenible.
La ciencia y la tecnología es una aliada extraordinaria en este esfuerzo mundial por ser sostenibles, en la intención de migrar a una cultura para la sustentabilidad, es decir, una forma de pensar y actuar que reconozca los límites ecológicos del planeta y que busque satisfacer las necesidades humanas sin comprometer las de las generaciones futuras. Una cultura para la sustentabilidad implica adoptar hábitos de consumo responsable, proteger la biodiversidad, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, promover la igualdad de género, respetar los derechos humanos y fomentar el diálogo y la cooperación entre los pueblos y las naciones. El problema es que hay una clara brecha entre la ciencia y la toma de decisiones.
La constancia de consejos de expertos y especialistas que al parecer se crean por compromiso, pero no son consultados para trazar las hojas de ruta. Una clara molestia por parte de colegios de profesionistas y gremios académicos porque cuando son invitados, finalmente sus propuestas no permean en los resolutorios. Este divorcio entre ciencia, paz y desarrollo es algo que urge atender, el cambio climático es un claro ejemplo de lo que pasa cuando la política y la economía son quienes deciden.
Hoy, después de haber sufrido el octubre mas caliente del cual se tiene registro, después del huracán Otis que fue increíblemente destructivo, hoy tenemos casas de la costa donde el agua rompe ya en sus muros. Cuantas señales mas necesitamos para ahora si tomar la decisión de tomar decisiones conscientes, reales y basadas en datos y no solo en capital político.
Es momento de recapacitar y ser una sociedad mas objetiva y crítica, una sociedad justa, una sociedad que tenga el compromiso firme de impulsar el desarrollo y la cultura de la paz.
El conocimiento aplicado puede aportar soluciones innovadoras y eficientes para mejorar la gestión de los recursos naturales, reducir nuestro impacto ambiental, adaptarnos al cambio climático, ser una sociedad más justa y sustentable, entre otros desafíos.