El número de tormentas polares en el Ártico, un fenómeno inusual en estas latitudes, ha crecido en los últimos años, informó el Instituto de Investigaciones Científicas del Ártico y la Antártida (Aanii), por sus siglas en ruso), que documentó durante el recien terminado 2022 la tormenta ártica más duradera de la historia.
Tormentas en el Ártico
“En 2022 los científicos del Aanii detectaron la tormenta más duradera de todo el tiempo de observaciones en las altas latitudes del Ártico. La duración del fenómeno natural fue de 55 minutos”, señaló el centro de investigaciones en un comunicado.
Según el Aanii, los datos sobre esta tormenta fueron recopilados en julio del año pasado por el observatorio meteorológico Ledóvaya Baza (Base de Hielos) de la estación polar Mis Baránova, en el archipiélago Tierra del Norte, al noroeste de Nueva Zembla, en el océano Glacial Ártico.
Los investigadores rusos presentaron los resultados de sus estudios a fines de 2022, al constatar que este tipo de tormentas, poco habituales en esta zona del Ártico, se han tornado más frecuentes en los últimos años.
El Aanii señaló que los primeros datos oficiales de una tormenta en estas altas latitudes fueron recabados en junio de 2019 en la isla Bolshevik del archipiélago Tierra del Norte, con una duración de 40 minutos.
En 2021 los investigadores observaron este tipo de fenómenos naturales en dos ocasiones, a fines de junio y principios de junio, con duraciones de 40 y 25 minutos respectivamente.
Cambios en la circulación de la atmósfera
“Los fenómenos atmosféricos en el planeta han sufrido cambios significativos durante los últimos 30 años de observaciones”, indicaron los científicos, al señalar que la presencia de nubes de tormenta en estas latitudes confirman los “cambios en la circulación de la atmósfera”.
Esto se debe, según los investigadores, a la presencia de temperaturas más altas en el Ártico, lo cual condujo a la formación de nimbostratus -nubes oscuras de capas uniformes- y cumulus congestus -nubes verticales de contornos bien definidos-, habituales en latitudes más cálidas o incluso tropicales.
“Estas formaciones nubosas juegan un papel clave en la formación de las nubes de tormenta”, explicaron los científicos rusos.
Texto y fotos: Agencias