El presidente de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción en Yucatán (Amic), Jorge Alberto Villalobos Herrera, declaró que la falta de obra, principalmente porque el Gobierno Federal la destina a los militares, ha propiciado que en el gremio yucateco entre un 10 y 15 por ciento, un poco más de 100 constructoras, hayan cerrado.
Indicó que desde el inicio del sexenio ha habido grandes obras, mucha inversión en obra pública, pero no se ha traducido en oportunidades para los constructores.
Como se sabe, el Gobierno Federal ha otorgado sus obras a los militares, así como la administración de las aduanas, del Tren Maya y de una aerolínea.
La micro, pequeña o mediana empresa (Mipymes) se ha enfocado en trabajos particulares, en algunos grandes desarrollos, en la costa, obras del Gobierno del Estado y municipio, sin embargo, no es suficiente.
Detalló que la inversión federal al irse a las empresas grandes es una oportunidad para los subcontratos, pero en la actual gestión federal todo se les da a los militares, mientras que al pequeño constructor no le toca nada.
Expresó que el 80 por ciento de las empresas constructoras son Mipymes, por eso hace dos años se solicitó a las autoridades que tomaran en cuenta a estos constructores, que pulverizaran la obra pública de dos, tres o cuatro millones de pesos, sin embargo, no lo hicieron.
Dijo que esta situación ha propiciado el cierre de las micro y pequeñas empresas, las cuales se han visto en la necesidad de vender sus equipos y propiedades para poder subsistir, pues hay afectación, pese a que ha habido obra particular y en el estado.
El líder de la Amic urgió a que los militares dejen de construir, ya que no son constructores.
Cuestionado sobre que la Cuarta Transformación recurrió a los militares porque no le tiene confianza a los constructores, debido a que daban “moches” para obtener obra y encarecían los proyectos, indicó que eso es falta de información, pues en el caso de la Amic para afiliarse los constructores tiene que pasar un filtro, demostrar que están inscritos en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como que están al día con sus impuestos; además, deben contar con un acta constitutiva, ya que no pueden ser una empresa fantasma o ser perseguida en otros estados o aquí mismo, ya que es es una agrupación seria. “En Yucatán no se ha escuchado que una empresa haya hecho mal un trabajo, o un fraude, esto es infundado”, refirió.
Texto y foto: Darwin Ail