Cómo prevenir enfermedades respiratorias en el invierno

Lavarse las manos con frecuencia, ventilar el hogar e incluso evitar espacios cerrados son consejos para evitar afecciones respiratorias

El invierno es la época del año en la que una gran cantidad de virus y bacterias pueden poner en riesgo la salud respiratoria. Bronquitis, gripes, resfríos y neumonías son algunas de las afecciones que hacen su arribo junto con la llegada de los días más fríos. 

Sin embargo, con la pandemia de COVID-19, este panorama se complica aún más, por lo que es necesario tomar todas las precauciones para evitar enfermedades causadas por las bajas temperaturas, que pudieran influir en el organismo, y provocar estas enfermedades respiratorias.

Según expertos, durante esta temporada el cuerpo se vuelve vulnerable, porque debe adaptarse rápidamente y esta adaptación incluye también al sistema inmunológico, por lo que resulta importante estar atentos y mantenerse saludables.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada persona sufre tres resfríos al año, entonces ¿qué se puede hacer para intentar ser la excepción? A continuación se presentan algunas recomendaciones para tener en cuenta.

1. Lavarse las manos con más frecuencia. Es importante recordar que los resfríos y la gripe se contagian por contacto directo, por lo que lavarse las manos con frecuencia y secarlas bien es clave para evitar la difusión de gérmenes.

2. No tocarse la cara con las manos. Sobre todo, fuera de casa, dado que las mucosas de la nariz y la boca, así como los ojos, son muy sensibles al contagio.

3. Prestar atención a lo que se come. La alimentación es la aliada número uno para alejar los resfríos. En la dieta diaria no deben faltar vitaminas como la A, B o la C o minerales como el cobre, el hierro o el zinc.

4. Evitar el estrés. Los nervios y la ansiedad juegan en contra debilitando el sistema inmune. Es una tarea difícil pero necesaria, por lo que se debe prestar especial atención a alejar el estrés y encontrar espacios de distensión.

5. Dormir bien. Dormir repara los daños celulares sufridos durante el día, por lo que el descanso nocturno ayudará al sistema inmune a recuperarse y aumentar sus fuerzas. Lo recomendable es seguir pautas correctas de sueño, evitar trasnochar demasiado y llevar un ritmo de sueño de entre seis y ocho horas diarias.

6. Ventilar la casa. Aunque haga frío, es clave que el aire corra y se renueve tanto al comienzo del día como al final, porque mantendrá los gérmenes fuera de nuestra casa.

7. Evitar los espacios cerrados y concurridos. De ser posible, evitar los lugares en los que hay mucha gente debido a las altas posibilidades de contagio.

8. No automedicarse. Los antibióticos solo deben usarse en caso que el médico los recete. Mientras tanto, descansar, alimentarse bien y beber mucha agua es lo mejor que se puede hacer para aplacar los síntomas.

9. Tener presente el calendario de vacunación. Ayuda a prevenir enfermedades estacionales que aparecen en invierno (influenza, neumonía, entre otras).

Texto y foto: Georgina Bacelis

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