Tras haber asesinado a su colega el doctor Felipe Triay Peniche, los psiquiatras Enrique Lara González y Pablo Santos García Gutiérrez recorrieron diversos comercios de la ciudad y realizaron diferentes compras con las tarjeras de crédito y débito de su víctima, que incluyeron no sólo los instrumentos utilizados para descuartizar el cadáver, sino hasta aires acondicionados, mascarones de madera y guayaberas, de acuerdo a fuentes del servicio noticioso Noti Rasa.
En la entrega anterior dimos cuenta de la comparecencia de dos testigos que relataron sobre las adquisiciones del doctor Lara González en una tienda de Bomsa en Plaza Las Américas, y en la audiencia del pasado lunes comparecieron tres que acusaron a Pablo Santos de diversas compras, siempre con las tarjetas de su víctima, el doctor Triay Peniche.
Oscar Andrés Pérez Alonso, empleado de Office Depot en Plaza Dorada, declaró que el 16 de agosto de 2014 le vendió diversos artículos a una persona con los rasgos físicos de Pablo Santos, entre ellos un equipo multifuncional Epson, una Laptop MacBook Pro de 13.3 pulgadas, un portafolio para computadora y diversos artículos de oficina.
Agregó que, como se hace con las compras de más de $1,500, le colocó una etiqueta verde, redonda, a la caja que contenía el equipo multifuncional, en la que se especifican las políticas de garantía de la tienda. Terminada su declaración le fue puesta la a la vista una caja que se encontró en la camioneta del Dr. Triay Peniche, en la que fue depositado parte del cuerpo, y reconoció que era la misma del multifuncional que vendió el 16 de agosto de 2014.
El segundo testigo del día fue la señora Alicia Margarita Rivero Flores, quien trabaja en una tienda de artesanías en el centro de la ciudad. Dijo que el 19 de agosto de 2014, a eso de las 8:30 de la noche, atendió a una persona con los rasgos físicos del inculpado Pablo Santos, quien adquirió dos mascarones de madera, en $4,500, y pagó con una tarjeta de crédito del Banco HSBC, sin solicitarle identificación al cliente.
La señora Rivero manifestó que ella acostumbra fotografiar todas las artesanías que vende. De inmediato exhibió unas fotografías donde se podían apreciar los mascarones de madera que en su oportunidad vendió. La defensa de Pablo Santos alegó que podría tratarse de piezas similares, pero la señora Rivero aseguró categórica que al tratarse de tallados en madera hechos a mano, es prácticamente imposible que haya dos piezas idénticas.
El Tribunal cotejó las fotografías con las máscaras halladas en el cateo de la habitación de Pablo Santos y comprobó que corresponden exactamente las unas con las otras.
Por último compareció la señora Celmy Lucely Canché Ucán, encargada de ventas de la Boutique Azul, quien aseguró que conoce a Pablo Santos, ya que a mediados del 2013 éste comenzó a visitar la tienda con frecuencia. El 21 de agosto de 2014, recordó, se presentó el señor Pablo, como ella lo conocía, y entonces compró seis guayaberas y tres pantalones, para lo cual se le hicieron tres cargos a la que dijo era su tarjeta de crédito.No consideró necesario pedirle identificación ya que era un cliente que cada semana visitaba la tienda.
Por último y a solicitud de los fiscales, le fue puesto a la vista una nota de compra encontrada en el vehículo que conducía el inculpado Pablo Santos García al momento de su detención, señalando ante los Jueces que llevan la causa categóricamente y sin dejar lugar a dudas, que la misma se trata de un contrarecibo de la nota de compra que ella misma elaboró y que le entregó a Pablo García al momento de realizar la compra.