Defensores de los inmigrantes y congresistas estadounidenses condenaron ayer la aprobación de dos leyes estatales de Texas que convierten en delito el cruce irregular de la frontera desde México y asignan recursos de los contribuyentes para la construcción del muro fronterizo.
Tras más de 10 horas de debate, la Cámara de Representantes de Texas, dominada por los republicanos, aprobó el martes el proyecto de ley SB 4, que convierte en delito menor el cruce indocumentado de la frontera y exige a la justicia estatal ordenar el regreso de los extranjeros a suelo mexicano en lugar de que sean procesados en Estados Unidos. Si el extranjero no cumple con la orden del juez o tiene antecedentes criminales el cargo se convierte en delito grave, que conlleva una condena máxima de 20 años de prisión.
Los legisladores también aprobaron el proyecto de ley SB 3, que asignaría 1,540 mdd para construir barreras fronterizas y otorgaría fondos a las fuerzas policiales para cuidar la frontera y los asentamientos de inmigrantes.
Oni K. Blair, directora de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) en Texas, dijo en un comunicado que la SB 4 “está completamente desconectada de nuestros valores y de quiénes aspiramos a ser como texanos”.
Advirtió que la SB 4 anula la ley federal de inmigración, fomenta la discriminación y el acoso racial y otorga a los funcionarios estatales la capacidad inconstitucional de deportar a personas sin el debido proceso, independientemente de si son elegibles para solicitar asilo u otras protecciones humanitarias.
El rechazo a las leyes llegó hasta el Congreso estadounidense, donde el representante demócrata Joaquín Castro dijo ayer en una rueda de prensa que las leyes ponen en la mira de la policía a cualquier persona que hable español u otro idioma.
El congresista también advirtió que las leyes “dañarán” las relaciones con México, el socio económico más importante de Estados Unidos.
Texto y foto: EFE