Conoce el tipo de cáncer de sangre que daña los huesos

El mieloma múltiple es un tumor derivado de las células plasmáticas, un tipo de células sanguíneas situadas en la médula ósea (el tejido que se encuentra en el interior de los huesos) que se encargan de producir anticuerpos que sirven para combatir los gérmenes. En esta enfermedad las células plasmáticas sufren un proceso de transformación anómalo que aumenta su capacidad de proliferación e invasión, lo que puede provocar su diseminación, principalmente a los huesos, aunque puede afectar a cualquier otra parte del cuerpo con menor frecuencia.
Las células plasmáticas del mieloma múltiple producen una proteína que se detecta en la sangre y se denomina “componente monoclonal”. La invasión y proliferación de las células del mieloma, así como la producción del componente monoclonal, causan los principales síntomas y complicaciones de este tumor, como fatiga, dolor óseo, fracturas óseas, anemia, fallo renal, aumento de la viscosidad sanguínea, y mayor susceptibilidad a infecciones.
El mieloma múltiple representa el 1% de todos los tipos de cáncer, su incidencia en Europa es de 4.5 a 6 casos por cada 100,000 habitantes por año y afecta principalmente a personas mayores de 60 años, ya que las probabilidades de padecer esta enfermedad aumentan con el envejecimiento, y se estima que menos del 1% de los casos se diagnostican en menores de 35 años.

TIPOS

Se pueden distinguir diferentes etapas en la progresión del mieloma múltiple:
Gammapatía monoclonal de significado incierto (GMSI): caracterizada por detección del ‘componente monoclonal’ en la sangre sin evidencia de masa tumoral. Los pacientes con mieloma múltiple tienen GMSI, pero no todas las personas con GMSI padecen mieloma múltiple, aunque con el tiempo pueden llegar a desarrollar este cáncer, u otras enfermedades.
Mieloma múltiple sintomático: derivado del efecto de la masa tumoral o de sus productos, y caracterizado por la presencia de dolor óseo, fracturas, aumento del calcio sanguíneo, anemia y fallo renal.
Adicionalmente, se pueden producir tumores de células plasmáticas únicos o múltiples (plasmocitomas), sin el desarrollo de una enfermedad sistémica.

CAUSAS

No se conoce un factor de riesgo único al que se le pueda atribuir la presencia y desarrollo del mieloma múltiple, pero se ha sugerido que la exposición ambiental a herbicidas, insecticidas, benceno y radiación, puede contribuir a su aparición.
Con respecto a la genética, las personas con antecedentes familiares directos –un hermano o un progenitor– pueden tener hasta cuatro veces más probabilidades de tener mieloma múltiple, pero la mayoría de los pacientes carecen de familiares afectados, por lo que no se considera una enfermedad hereditaria.
Las personas que enferman de mieloma van adquiriendo alteraciones genéticas a lo largo de su vida, que favorecen la transformación de las células plasmáticas en células malignas, lo que provoca este cáncer. Además, los pacientes diagnosticados con otras enfermedades de las células plasmáticas, como la gammampatía monoclonal de significado incierto (GMSI) o el plasmacitoma solitario (un único tumor de células plasmáticas), también son más propensos a desarrollar mieloma múltiple.
Los resultados de un estudio de la Sociedad Americana Contra el Cáncer indicaron que el sobrepeso o la obesidad también aumentaban el riesgo de desarrollar mieloma, mientras que hasta ahora no se ha encontrado ninguna relación entre la exposición en el puesto de trabajo y el riesgo de sufrir este cáncer.

 

Texto: Agencias
Fotos: Cortesía

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