La retención de líquidos, también llamada hidropesía o edema, es un trastorno muy común que tiene lugar cuando los líquidos se acumulan de forma excesiva en los tejidos del cuerpo.
No se trata de una enfermedad por sí sola, sino que es un síntoma de algunas patologías como, por ejemplo, la hipertensión arterial, la insuficiencia renal o la artritis.
Suele manifestarse con una evidente inflamación en las extremidades, aunque algunas veces produce dolor y una fuerte sensación de cansancio.
Su aparición también está vinculada con el sedentarismo, los cambios hormonales y el consumo excesivo de sal.
Por suerte, poniendo en práctica algunas recomendaciones se puede prevenir y tratar antes de que genere otros tipos de complicaciones.
A continuación compartimos en detalle las mejores.
1. Aumentar el consumo de agua
El consumo diario de agua durante la jornada es una de las formas más eficaces de evitar la retención de líquidos y el exceso de inflamación.
Contrario a lo que algunas personas piensan, la ingesta de líquidos no empeora la retención, sino que estimula su expulsión a través de la orina.
2. Limitar el consumo de sal
Este producto, aunque es necesario en cierta medida, altera los procesos inflamatorios del cuerpo y empeora los casos de hidropesía.
Lo más preocupante es que muchos ignoran que también está presente en comidas como:
Aderezos industriales, embutidos y enlatados, comidas precocinadas, algunos quesos, palomitas de maíz y frituras y snacks.
3. Incluir alimentos frescos en la dieta
Los alimentos frescos como las frutas y los vegetales tienen compuestos naturales que ayudan a hacerle frente a la retención de líquidos.
Su riqueza en antioxidantes, agua y fibra ejercen un efecto diurético que facilitan el control de los edemas, la inflamación y la sensación de pesadez.
4. Realizar ejercicio regular
Este tipo de actividades estimula la función del sistema circulatorio y linfático, de modo que facilitan la eliminación de los desechos que se retienen en la sangre.
También estimula la actividad renal y aumenta la producción de orina para lograr una óptima expulsión de los fluidos.
5. Evitar las prendas
demasiado ajustadas
Si bien para muchas es un acto inofensivo, el uso de prendas demasiado ajustadas puede acarrear consecuencias negativas en el cuerpo.
Estas no solo impiden una buena circulación sino que, con el tiempo, dificultan la correcta expulsión de los líquidos de los tejidos.
6. Reactivar la circulación
Los hábitos de vida saludables, las duchas de agua fría y los masajes son formas simples de reactivar la circulación sanguínea cuando se presentan dificultades en el drenaje de los líquidos.
7. Descansar bien
El descanso es determinante para tener una buena salud circulatoria y linfática. Aunque algunos lo ignoran, al descansar se relajan los músculos y la circulación fluye con más facilidad.
8. Elevar las piernas
Esta postura facilita el retorno de la sangre hacia el corazón y, de paso, promueve la eliminación de los líquidos retenidos.
A su vez, ejerce un efecto relajante y antiinflamatorio que controla la sensación de dolor, hormigueo y otros síntomas asociados.
9. Controlar el peso corporal
El exceso de peso corporal es una de las causas principales de edema e inflamación.
Dado que esta condición implica un sobresfuerzo para el organismo, es común que desencadene problemas en la circulación sanguínea y eliminación de los fluidos.
Es primordial mantener un peso estable y equilibrado.-Agencia