Con dos heridas internas profundas fue trasladado de emergencia a la ciudad de Mérida el pequeño J.C.P, de 10 años, luego de ser corneado en la corrida que se realiza como parte de la fiesta patronal de Peto
Era el último toro de la tarde. Los vaqueros ingresaron al coso para lazar al animal y regresarlo a la camioneta que lo llevaría de regreso al rancho de procedencia. Todo parece indicar que el menor pensó que el frenético ganado ya estaba asegurado y saltó de la baranda al interior del recinto.
Desafortunadamente el pequeño quedó a unos metros del toro, que se le fue encima y lo aventó por los aires.
Tras caer al suelo, el bovino siguió lastimando al niño hasta que los vaqueros lograron que descargara su furia en otro lugar.
En cuestión de segundos se activaron los protocolos de emergencia y la patrulla 1156 de la Policía Municipal ingresó al ruedo para recoger al menor ensangrentado y llevarlo al hospital comunitario.
Ahí, los doctores estabilizaron al infante J.C.P y ordenaron su traslado de emergencia a la ciudad de Mérida, pues presentaba dos heridas internas profundas que ponían en riesgo su vida.
Según testigos del lamentable suceso, el pequeño se encontraba en la baranda disfrutando de la corrida de toros, pero con la inocencia de cualquier niño, sin pensar las consecuencias, se aventó al interior del coso para jugar.
Hasta el momento, el estado de salud del pequeño J.C.P, de 10 años, se encuentra estable, pero delicado, recibiendo cuidados especiales en el Hospital Agustín O´Horán de la capital yucateca.-Acom