Coronavirus y diabetes

Las personas con diabetes tienen un pronóstico mucho peor si enferman de COVID-19. Un médico especialista en endocrinología nos explica por qué la epidemia es más agresivo con ellos y qué deben hacer para cuidarse.

La diabetes es una enfermedad crónica que se da cuando el páncreas no produce suficiente insulina o bien cuando el organismo no es capaz de utilizar la insulina de manera eficaz. La insulina es una hormona cuya función es “que la glucosa que entra a la sangre a través de la alimentación sea transportada a las células y empleada para la producción de energía”, detalló la Federación Española de Diabetes. De hecho, “la insulina es la llave que abre las puertas de las células para que la glucosa pueda pasar a la célula y ser quemada para producir energía”, aclaró Juan Madrid Conesa, médico especialista en endocrinología y director del sitio web “Salud 1” (https://salud-1.com/).

Existen dos tipos principales de diabetes. “La diabetes tipo 1 (también llamada juvenil o de inicio en la infancia) se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona”, señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, esta entidad manifestó que en la diabetes tipo 2 el organismo no utiliza de manera eficaz la insulina. —Este tipo representa la mayoría de los casos mundiales y se debe, en gran medida, a un peso corporal excesivo y a la inactividad física —aclaró.

Si un diabético se contagia de coronavirus tiene muchas más probabilidades de que la infección tenga mal pronóstico de las que tendría una persona sin patologías previas. Una de las razones para que ocurra esto es que el sistema inmunitario, que es el encargado de defender al organismo de agentes causantes de enfermedades como los virus, “no es tan efectivo como el de las personas que no tienen diabetes”, manifestó el doctor Madrid.

Además, el facultativo indicó que, en las personas con diabetes tipo 1, cualquier infección puede descompensar la diabetes de modo que, si no se toman medidas como ajustar las dosis de insulina o si se producen repetidos vómitos, puede darse una complicación bastante grave que es la cetoacidosis diabética.

En cuanto a los diabéticos tipo 2, la diabetes está asociada a la obesidad en un porcentaje importante de casos. —La obesidad está considerada como una enfermedad inflamatoria y todo lo que favorezca la inflamación es fatal ante la infección por coronavirus. De hecho, hemos visto que en casos de COVID-19, los pacientes que peor pronóstico tienen son aquellos que presentan una inflamación excesiva —explicó.

Las personas con diabetes tipo 2 son, en general, adultos y muchos de ellos llevan bastantes años con la enfermedad, por lo que sus vasos sanguíneos se ven afectados y tienen, por lo tanto, más riesgo de arterioesclerosis, infarto de miocardio, ictus, etc. —Esto se debe, en parte, a que la glucosa alta en sangre altera el endotelio, que es la capa que recubre las paredes de las arterias —apuntó. El facultativo destacó que se está comprobando que el coronavirus también altera el endotelio y esto produce microtrombosis, de manera que muchos pacientes con COVID-19 fallecen a causa de dichas microtrombosis. —Las personas diabéticas con COVID-19 están sumando dos factores que alteran el endotelio —recalcó.

El doctor Madrid expuso que es, asimismo, muy frecuente la combinación de diabetes tipo 2, obesidad e hipertensión. —Los hipertensos tienen mayor mortalidad por COVID-19. Esto, al parecer, estaría relacionado con los receptores de la ACE-2 —comentó.

La ACE-2 es una enzima presente en las células humanas a la que el coronavirus se une para penetrar en ellas y replicarse, de manera que podría decirse que la ACE-2 es la puerta de entrada del virus a nuestras células. Las personas que toman determinados medicamentos para la hipertensión, los llamados bloqueantes del sistema renina angiotensina, tienen una mayor producción de la enzima ACE-2. No obstante, es una imprudencia abandonar los tratamientos por miedo al coronavirus, ya que esto podría hacer que la presión arterial suba de manera peligrosa, con el consiguiente riesgo de infarto o ictus.

EXTREMAR LAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN

Las personas con diabetes y aquellas que suman a la diabetes obesidad e hipertensión deben caminar todo lo posible, incluso aunque no puedan salir de su domicilio. —Estar sentado más de una hora aumenta el riesgo cardiovascular y en los diabéticos este riesgo ya es elevado. Por lo tanto, es muy importante levantarse de la silla cada hora y caminar por la casa unos 5 o 10 minutos —afirmó el doctor Madrid.

El especialista subrayó que los diabéticos tienen que extremar al máximo las medidas de prevención frente a la COVID-19. En este sentido, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) recordó que es importante lavarse las manos con agua y jabón regularmente, especialmente al entrar en casa, antes de comer o beber y después de usar el baño, sonarse la nariz o estornudar. Si no hay agua y jabón disponible, se debe usar un desinfectante a base de alcohol que contenga al menos un 60% de alcohol.

Evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca; no compartir toallas, vasos o pañuelos y desinfectar cualquier objeto o superficie que sea tocada con frecuencia; así como evitar el contacto con cualquier persona que presente síntomas de enfermedad respiratoria son otras de las recomendaciones de la SEEN.

A la hora de salir del hogar, el doctor Madrid subrayó la importancia de utilizar mascarilla pues su uso disminuye de manera muy importante el riesgo de contagio. —Todo el mundo debería llevar mascarilla. Si no se dispone de una homologada, hay que llevar al menos una fabricada en casa con tela de algodón. No es lo más efectivo, pero es mejor que no llevar nada —aseguró. De igual modo, recalcó que “ningún diabético debería salir a la calle sin mascarilla”.

Pero si, pese a haber tomado todas las precauciones, una persona diabética empieza a notar síntomas compatibles con la COVID-19, debe llamar a su médico de familia por teléfono y comunicarle su estado. Si se trata de alguien con diabetes tipo 1, el especialista destacó que debe “controlarse la glucosa 5 o 6 veces al día para ajustar los niveles de insulina si es necesario”. Si la persona con diabetes tipo 1 “vomita 2 o 3 veces o si se hace un análisis de acetona en sangre o en orina e ir al hospital cuanto antes”.

Texto y foto: EFE

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