Los tipos de manchas de nacimiento son muy diferentes entre sí
Las manchas o marcas de nacimiento son alteraciones del color normal de la piel que están presentes en el momento del alumbramiento. Pueden tener un tamaño desde unos pocos milímetros hasta grandes áreas de la superficie de la piel del bebé. Para tranquilizar a los progenitores, hay que decir que es muy frecuente nacer con una o varias manchas de nacimiento, de hecho, más de la mitad de los recién nacidos tendrán alguna alteración de la piel, aunque muchas veces pasa desapercibida por los padres.
Los tipos de manchas de nacimiento son muy diferentes entre sí. Las hay discretas y situadas en áreas poco visibles, y otras son muy llamativas y que pueden afectar a la cara. Su evolución también es variable, algunas durarán toda la vida y otras desaparecerán con el tiempo.
Todas estas posibilidades dependen en gran medida del origen de cada mancha. En este sentido, algunas se forman a partir de acúmulos de melanocitos, que son las células que acumulan melanina y dan color a la piel, y otras marcas se forman por dilatación o aumento del número de los vasos sanguíneos que aportan sangre a la piel.
El diagnóstico es en la mayoría de los casos sencillo, suele bastar con consultar a un dermatólogo con experiencia. Él sabrá qué tipo de mancha es, cuál es el pronóstico a largo plazo y qué opciones de tratamiento hay. Hay que tener en cuenta que algunos tipos de manchas se relacionan con otras alteraciones de la salud, por eso es importante consultar al médico y realizar estudios más específicos cuando sea necesario.
Tratamiento.
El tratamiento de las marcas de nacimiento varía según sean de uno u otro tipo. Muchas de ellas desaparecen solas con el tiempo, como se ha comentado, en ese caso se recomienda esperar y volver a consultar con el dermatólogo solo si tiene algún cambio. Incluso con las manchas que no tienden a desaparecer también se puede tomar la decisión de dejarlas estar y vigilarlas periódicamente para comprobar si hay cambios.
Existen opciones de tratamiento para hacer desaparecer las marcas que más problemas dan. Para las manchas vasculares la opción más usada es el láser. Consiste en aplicar luz concentrada en la mancha, de tal manera que la luz es absorbida por la hemoglobina que lleva la sangre de los vasos defectuosos y los destruye. Es un tratamiento muy seguro, pero siempre se prefiere esperar a que el niño crezca para ver la evolución de la mancha durante un tiempo.
En el caso de los hemangiomas el láser ha sido el tratamiento de elección durante mucho tiempo, pero en los últimos años se ha descubierto que los betabloqueantes por vía oral los hace desaparecer. Los betabloqueantes son un grupo de medicamentos que se utilizan mucho para enfermedades del corazón, y en pequeñas dosis se pueden dar a niños pequeños. El más usado es el propranolol.
Para las lesiones pigmentadas el láser no es una buena opción, ya que destruye la lesión sin que se haya confirmado que sea completamente benigna. La mejor opción de tratamiento sería la cirugía, pero solo se reserva en el caso de manchas sospechosas de malignizar o que el riesgo de hacerlo sea muy alto. Esto no sucede con la mancha mongólica o las manchas café con leche, sólo existe un riesgo con los lunares de nacimiento, igual que con cualquier otro lunar.
Prevención.
No existe ningún modo de prevenir estas manchas. Los mecanismos por los que aparecen son completamente desconocidos. Se sospecha que existen alteraciones genéticas de base, pero no se sabe qué desencadena los cambios y hace que se plasmen en la piel de los bebés.
Texto y foto: Agencias