Cuéntame…

– Cuéntame, abuelo…cuéntame algo bonito…

– Te cuento de la plaza de Linares, que como cada final de agosto homenajea a Manolete, torero de figura estoica y recia. Te cuento que vi miles de lágrimas descendiendo por las mejillas de miles de personas emocionadas y rotas en sentimiento cuando en la México toreaba David Silveti, ético, y magnífico, y etéreo.
Te cuento de los aromas de cada tentadero que viví, cada sonido del campo, cada verdad de cada lance, cada mirada de pureza. Te cuento el instante en el que tuve el honor de ver triunfar a José Tomás en Nimes, piedra y cielo y leyenda unidos en franca comuniòn, mañana de gloria, bendiciòn en el ruedo nimeño.
Te cuento de las ilusiones de los toreros jòvenes, pude departir con Esaú y su zalamería sevillana y su buen hacer y su mucha entrega, pude conversar con Lama de Gòngora y me fascinò su carácter artista, pude contemplar la garra en los ojos de Posada de Maravillas, Pablo Aguado, Rafita Serna.
Te cuento que yo sí vi torear a Paquirri, y hoy hasta el cielo le envío mi rezo. Que yo viví los encierros de San Fermín en un balcòn de la calle Estafeta con mi gran amigo Noel. Que me maravillò la feria taurina de Cáceres. Y que aprecié los anhelos y los sueños de Francisco José Espada el día de su alternativa con Morante y Manzanares…

– Qué bonito, abuelo…

– Te cuento todo eso. Te cuento que mi corazòn es taurino y mi piel torera. Que cada ovaciòn mía la dedico a un niño que convalece en un hospital. Que ojalá cada suerte del toreo fuera la suerte de su causa, y una suerte hermosa! Que rezo cada día por él. Te cuento que la Virgen está contigo. Rézale…

– Qué bonito, abuelo…

Dedicado a mi amigo Esaú y a Marina
Dedicado a Francisco José Espada
Dedicado al niño Luisito

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