El padre deja el puerto luego de estar al frente de la iglesia de la Purísima Concepción y San José; se va al municipio de Ticul
El párroco de la iglesia de la Purísima Concepción y San José de Progreso, Fernando Pan Aranda, se despidió de sus feligreses este fin de semana, ya que a la brevedad será trasladado a una nueva encomienda en San Antonio de Padua, ubicada en Ticul.
El sacerdote comentó en una misa que estaba agradecido con el pueblo del puerto por haberlo arropado durante los dos años que estuvo en este municipio y aprovechó para pedirle a la población católica a que sigan siendo discípulos de Jesucristo y que cosechen el éxito en sus vidas con amor.
“Les deseo lo mejor, los quiero mucho. Los voy a extrañar y si Dios quiere nos volveremos a ver, ya sea para visitarles o en alguna misión”, comentó el padre, quien finalmente bendijo a los feligreses que se dieron cita a la misa.
Cabe destacar que el sacerdote de tan solo 31 años fue apreciado por los feligreses de Progreso y eso se vio reflejado en su última misa que tuvo un lleno total, se llevó a cabo el viernes pasado y duró poco más de un hora. Tras la misa se tuvo un convivio en el atrio del templo parroquial, donde persistieron las muestras de cariño para el sacerdote Pan Aranda.
Uno de los feligreses, de nombre Jorge Casanova, habló por la comunidad y le agradeció su estancia en el puerto, la cual ha tenido un impacto, sobre todo porque predicó con ejemplo, además de que siempre tuvo consejos para quien se lo pidió, motivo por el cual le deseó el mejor de los éxitos en su nueva misión con Dios en el municipio de Ticul.
Texto: David Correa
Foto: Cortesía