De humanos a gadgets

CARLOS HORNELAS

carlos.hornelas@gmail.com

Hace apenas unas décadas, Internet era algo del futuro. Hoy nos hemos montado en esa plataforma gran parte de nuestra existencia, desde nuestras fotografías y mensajería hasta nuestras cuestiones laborales.

La Wikipedia, esa nueva versión de la Enciclopedia del siglo de las luces, pero contemporánea, ha sido escrita por miles de voluntarios en las últimas décadas, desde todos los puntos imaginables del planeta, en un esfuerzo de edición colectiva y de espíritu de altruismo, tanto del fundador, Jimmy Wales, como de todos aquellos que contribuyen en esta empresa sin esperar nada a cambio.

A partir del desarrollo de nuevos sensores y la inteligencia artificial, Internet se ha empezado a escribir por las máquinas inteligentes. Ya no es necesario que un meteorólogo salga a tomar lecturas de barómetros o termómetros; los instrumentos se han vuelto “inteligentes” y no requieren de un humano para tomar las medidas, así como tampoco se les necesita para que “suban” de manera automática y sin intervención humana (para bien y para mal) los datos a Internet, tan pronto como se generen. Esto se ha llamado el Internet de las cosas (IoT), para distinguirlo del Internet en el cual los humanos actualizan la información.

El Internet de las cosas terminará por conectar casi todo. Como decía Julian Assange, antes te vendían un coche como vehículo; hoy te venden una computadora conectada a la red, que además tiene llantas y te transporta. El concesionario te puede avisar que le ha llegado un reporte de los frenos de tu coche, advirtiendo que ya es necesario el cambio, y te notificará directo a tu teléfono celular, con el que abres la puerta automática de tu garage cuando te acercas a casa.

Del Internet de los humanos al Internet de las cosas, ahora se advierte la inminente llegada del “Internet de los agentes” de inteligencia artificial. ¿Eso qué significa? Un modelo de inteligencia artificial (IA), como ChatGPT, Gemini o MidJourney, es una especie de “cerebro” entrenado para una tarea específica. Un agente es algo así como el cerebro + el cuerpo + el plan. Podrá resolver una consulta a través de uno o más modelos de inteligencia como ChatGPT, tomar una decisión y además completar una determinada tarea, como si fuese un empleado o un asistente virtual autónomo.

Imaginemos que el agente recibe una instrucción como, por ejemplo, invertir en la bolsa cierto capital. El agente se conectará automáticamente a Internet, revisará los precios del mercado en múltiples sitios y las noticias financieras, luego procesará toda esa información para trazar una estrategia y ejecutará una operación en la bolsa sin intervención humana.

En última instancia, si los datos son subidos por máquinas inteligentes y el humano no tendrá ni que subir información ni analizarla, podría decirse que en un futuro los humanos no requerirían consultar nada en Google de la manera que se hace hoy; solamente darían una tarea a un agente que se valdrá de otros agentes para completarla. Estamos en la puerta de un Internet sin humanos.