Margaritas, piñas coladas y micheladas para llevar son algunas de las bebidas preparadas más solicitadas por el turismo nacional, que ve en la adquisición de estos litros de bebidas embriagantes una alternativa de ahorro en su diversión.
La caminata con bebida en mano es ya una costumbre y una opción para disfrutar a un bajo costo, que llegó y se asentó en el puerto de hace muchos años.
Hace años hubo un movimiento mayor en contra de los expendios de litros, originado por la penetración del olor a alcohol y orina en las calles adyacentes al malecón, así como por la venta y consumo de quienes adquirían los litros sin gran problema.
Las autoridades hicieron lo suyo y se intentó normar la apertura de este giro.
La cuestión en este caso es darle al turismo opciones de consumo acorde a su nivel económico.
“En épocas vacacionales, a partir del atardecer, el malecón se convierte en una inmensa cantina ambulante porque la misma autoridad lo permite. Se debería hacer algo al respecto, pero hasta la fecha no se hace”, concluyó el comerciante Felipe Solís.
Texto y foto: José Luis Chavarría
