Por César Espadas
La Copa Oro, la Copa América y el Mundial Femenil se están disputando actualmente. Sin embargo, la noticia del traspaso de Oribe Peralta del América a las Chivas del Guadalajara generó mucho más revuelo mediático.
“El Hermoso” siempre ha sido un profesional en toda la extensión de la palabra, defiende a muerte cada playera en la que se enfunda. Se sabe que su amor le pertenece al Santos Laguna, sin embargo, representó con orgullo el uniforme Águila durante 5 años al punto de convertirse en uno de los capitanes del equipo.
Oribe Peralta, no se te puede reclamar por tu esfuerzo, siempre dejas el alma en la cancha, sustituyes tu reciente ausencia de goles con coraje y pundonor, eres un líder dentro y fuera del terreno de juego. Tienes tu lugar en el recinto de los inmortales de la Selección Mexicana y de la Liga MX. Eres el vivo ejemplo de nunca tirar la toalla. Por todas esas razones es que no te recrimino tu búsqueda de nuevos retos y de más minutos de juego, pero sí te considero un mercenario del fútbol. Te reprocho tu partida al odiado rival y que seguramente comenzarás a transmitir verbalmente frases que calen hondo en Coapa; entiendo lo que haces, te trazas una nueva meta en lo profesional y buscarás cargar al nuevo equipo en tus hombros, pero nunca, a excepción de Santos, entenderás los principios básicos de fidelidad a unos colores.
Te perdiste la oportunidad de consagrarte en el olimpo del América; ahora, la afición azulcrema recordará con alegría tu paso por Coapa, pero siempre quedará la espinita de tu partida a Guadalajara.