En Yucatán el 29 por ciento de las personas desocupadas tiene estudios de educación superior, cuatro de cada diez desempleados tienen entre 20 y 29 años de edad, y la tasa de informalidad es de 62.3%, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social; es decir, actualmente llegar a ser profesionista dista de encontrar espacios en el mercado laboral que garanticen el bienestar personal.
Cifras de la Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral indican que la tasa de desocupación es mayor en jóvenes menores de 29 años (3.4 por ciento) que el promedio de la población (1.8 por ciento); asimismo, el desempleo es significativamente mayor –casi el doble- en mujeres (4.6 por ciento) que en hombres (2.6 por ciento) dentro este rango de edad.
Además de ser joven, contar con estudios universitarios no es sinónimo de acceder al bienestar laboral en Yucatán, pues una parte importante de los desempleados en el estado son profesionistas. De acuerdo con el nivel de estudio: 29 por ciento de los desocupados tienen formación superior, 18 por ciento son de nivel medio superior (bachillerato), 34 por ciento cuentan con secundaria, 16 por ciento llegaron a primaria y solamente el 3 por ciento de los desocupados no tiene ningún nivel de instrucción formal.
Aunado a lo anterior, la tasa de informalidad laboral en el estado (62.3%) es superior a la media nacional (57.2%), lo que significa que la mayor parte de la Población Económicamente Activa no cuenta con seguridad social, otro elemento que deteriora el bienestar económico, social y familiar de los trabajadores yucatecos.
Gustavo Rosado, profesionista, afirmó que por decisión personal trabaja por cuenta propia en la informalidad, ya que considera que es baja la calidad de los empleos en el estado y los salarios no son justamente remunerados, “es mejor trabajar por su cuenta para comer decentemente, son pocas las empresas en las que verdaderamente conviene trabajar”, afirmó.
– José Villegas
