La noche del sábado 14 de diciembre, un violento incidente tuvo lugar en una sucursal de Walmart en Ciudad Caucel, Mérida, cuando un guardia de seguridad golpeó a una clienta, presuntamente creyendo que la mujer estaba robando. La víctima, quien sufrió graves lesiones como una fractura en la nariz, un labio roto y el desprendimiento de sus brackets, fue auxiliada por testigos del altercado. El enfrentamiento se desató cuando el agresor, al sospechar que la mujer intentaba sustraer productos, la atacó físicamente.
Elementos de la Policía de Seguridad Pública llegaron al lugar y arrestaron al guardia, quien será procesado por su comportamiento violento. El hecho, que dejó consternados a los testigos, generó una fuerte reacción en redes sociales, donde muchos expresaron su rechazo ante la brutalidad del ataque. “Nada, absolutamente nada justifica la agresión”, afirmó Andrea Pool, testigo del incidente, haciendo eco del malestar social.
La mujer, que fue atendida por paramédicos, fue llevada a un hospital donde se confirmó la gravedad de sus heridas. Este hecho ha encendido el debate sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de personal de seguridad privada y la necesidad de mayor regulación en estos casos.
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