Estas celebraciones en honor a los fieles difuntos son esperadas por muchas familias que se organizan para acudir a prestar sus servicios, para trasladar agua a las tumbas, lavarlas, pintarlas, deshierbarlas y en su caso contratar algún arreglo.
Tal es el caso de don José Gómez, quien acudió a entregar a sus clientes los trabajos de pintura y mantenimiento de sus tumbas y nichos, y quien comentó a Peninsular Punto Medio, que este año le fue mucho mejor que el anterior, cuando por la pandemia estuvo restringido el acceso a los cementerios.
Ahora la gente se preparó con tiempo y encargó sus trabajos, comentó el famoso Melón, que desde niño acudía al Cementerio General a llevar agua a las tumbas a cambio de una propina.
De igual manera, Maria Margarita desde que tenía 14 años acudía a acarrear agua y a la fecha, 28 años después, realiza esta labor junto con sus dos hijos y una nuera. “Este año no ha habido tanta gente como antes, pero si me han ocupado para llevar agua, arreglar las tumbas y hasta para pintarlas”, dijo con alegría esta mujer, quien relató que no ha faltado quien le regale una propina de hasta cien pesos.
Texto y Foto: Manuel Pool