Esta enfermedad cobra la vida de más de 100 mil mexicanos al año y quien la padece puede vivir 15 años menos; de ahí la importancia de detectarla a tiempo, tomar los medicamentos adecuados, realizar ejercicio y comer sano
Hoy se conmemora el Día Mundial de la Diabetes y, pese a las advertencias sobre esta epidemia, los yucatecos no logran darle un viraje a esta enfermedad, que cada año cobra la vida de más de 100 mil mexicanos, por lo que destacan la necesidad de que se detecte a tiempo y que los pacientes tomen los medicamentos adecuados, hagan ejercicio y lleven una dieta balanceada.
Actualmente, existen novedosos fármacos y mejores cuidados para evitar amputaciones, pero es muy importante que las personas realicen actividad física y sigan una dieta que les proporcione un nutriólogo.
La dieta del yucateco, por lo regular, es alta en calorías y grasas, se utilizan muchos condimentos, que abonan al aumento del azúcar en la sangre y en la orina.
Desde el 2000 se han mejorado los fármacos de una manera impresionante: en los años 80 la insulina se obtenía de los bovinos, se sacaba del páncreas del ganado, pero ésta dejaba secuelas en los humanos.
Como parte de la ingeniería genética se creó insulina humana, hay glucómetros y también chips que se implantan en el brazo para monitorear el nivel de azúcar.
Estimaciones de la bancada de Movimiento Ciudadano del Congreso del Estado señalan que el costo de vivir con diabetes tipo 1 (DM1) es brutal: alcanza los $140,000 al año en insumos médicos y tratamientos, algo imposible de cubrir para muchas familias yucatecas.
La diabetes ocupa el tercer lugar de causa de muerte entre los yucatecos, donde la primera son los infartos, por lo que la diputada local del partido Movimiento Ciudadano, Larissa Acosta Escalante, mencionó que esto no es solo una estadística, sino una señal de alerta que no podemos ignorar.
Por tal motivo, los emecistas presentaron una iniciativa de ley hace algunos meses para proteger a las infancias frente a esta enfermedad.
“Hoy, hay niñas, niños y adolescentes que enfrentan el desafío diario de vivir con diabetes tipo uno, una enfermedad que no solo exige compromiso de quienes la padecen, sino también responsabilidad de quienes representamos sus voces aquí”, enfatizó.
Aseveró que detrás de cada cifra hay familias que han perdido a un ser querido por una enfermedad que podemos y debemos atender con urgencia. “La diabetes no solo acorta vidas, sino que afecta profundamente la calidad de vida de quienes la padecen y sus familias”, detalló.
Dijo que, para garantizar una atención adecuada, necesitamos cifras claras, por lo que propuso contar con un Registro Nominal de pacientes con DM1, como el que propone la iniciativa de la bancada naranja, es crucial para saber cuántas niñas, niños y adolescentes viven con esta enfermedad en el Estado, dónde están y cuáles son sus necesidades específicas.
“Solo con un registro preciso podremos destinar los recursos necesarios y diseñar políticas de salud que respondan a la realidad de nuestras infancias y juventudes”, refirió.
Opinó que esta medida es más que un trámite: es una herramienta para darles el respaldo que sus familias no pueden cubrir solas, porque no es justo que el acceso a la salud dependa del bolsillo de cada familia.
“La salud es un derecho, y asegurarla empieza por entender las dimensiones del reto que enfrentamos. Hoy, más que nunca, les invito a sumarse a esta lucha, a unir fuerzas para que esta propuesta avance y podamos brindarle a nuestras niñas, niños y adolescentes con DM1 el respaldo que tanto necesitan. Juntos, podemos convertir esta iniciativa en una realidad que transforme vidas y reafirme nuestro compromiso con el derecho a la salud en Yucatán”, añadió.
Exhortó a las y los integrantes de la Comisión de Salud y Seguridad Social a que pronto sesionen para que se reparta esta iniciativa, y así todas y todos los diputados podamos discutir a fondo el proyecto.
Desmenuzó los gastos que, para muchas familias, el costo de vivir con DM1 es brutal, alcanza los $140,000 al año en insumos médicos y tratamientos, algo imposible de cubrir para tantas familias yucatecas.
“Mientras estamos aquí, allá afuera hay familias que se ven obligadas a elegir entre la salud de sus hijos y su estabilidad económica. No estamos para conmemorar con palabras vacías, estamos aquí para recordar que la salud no puede seguir siendo un privilegio. Las infancias con DM1 necesitan un sistema de salud que les garantice el acceso a los insumos y atención que requieren. Es nuestro deber como legisladoras y legisladores asegurarnos de que el bienestar de nuestras infancias no quede en segundo plano”, lanzó.
“Las infancias con DM1 necesitan un sistema de salud que no falle, que responda, que les garantice acceso a los insumos y cuidados que merecen. Nuestro deber como legisladoras y legisladores es hacer que sus derechos sean una realidad y no una promesa. Que este Día Mundial de la Diabetes sea un llamado a la acción y a la valentía”, finalizó.
Panorama nacional
La diabetes conlleva un conjunto de enfermedades que afectan la regulación de glucosa en la sangre debido a una insuficiente acción de la insulina. En México, la diabetes tipo 2 (DM2) representa más del 95% de los casos, y su prevalencia ha aumentado drásticamente, alcanzando en 2023 al 18.4% de los adultos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (Insp). Este aumento convierte a la diabetes en uno de los mayores desafíos de salud pública en el país, tanto por su impacto en la calidad de vida de los pacientes como por el gasto sanitario y el riesgo de complicaciones severas (Insp 2024).
La diabetes es la principal causa de muerte en el país y una de las mayores causas de discapacidad, ceguera, amputaciones e insuficiencia renal, según datos del Insp (2024). En 2023, más de la mitad de los diabéticos en México permanecían descontrolados, a pesar de que el 93% de los diagnosticados sigue algún tratamiento. Las dificultades en el diagnóstico temprano y la falta de adherencia al tratamiento han contribuido a que la diabetes siga avanzando sin freno.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) solo el 50% de las personas con diabetes tipo 2 en el mundo reciben la insulina que necesitan, un reflejo de las limitaciones de los sistemas de salud para garantizar el tratamiento de esta enfermedad (PAHO, 2024).
Texto y fotos: Darwin Ail