Ranulfo Baas Chan lleva más de medio siglo ofreciendo en el sitio comida que su familia prepara con esmero y dedicación, con el afán de agradar el paladar de sus comensales
El barrio de Santa Ana es un paraíso gastronómico en el que propios y extraños pueden disfrutar de la tradicional comida yucateca, y en el mercado del lugar se encuentra la lonchería de don Rani, como conocen al señor Ranulfo Baas Chan, quien lleva más de medio siglo ofreciendo en este lugar la comida que su familia prepara con esmero y dedicación, con el afán de agradar el paladar de sus comensales, en su mayoría visitantes.
“Es muy bonito trabajar aquí porque conocemos a gente de diferentes países y estados”, dice la sobrina de don Rani, Mercy Baas Pacheco, quien lleva diez años trabajando en este lugar junto con otros miembros de su familia como su primo Julio y tías Adriana y Elenita.
Entre las recomendaciones para disfrutar en este lugar, que seguramente tendrá mucha actividad con el programa cultural y artístico que se llevará en este emblemático barrio de manera paralela al Tianguis Turístico, se encuentra el tradicional mondongo y los panuchos o salbutes de pavo asado al carbón o en escabeche oriental, y la cochinita preparada en horno de leña.
“Si usted se piensa comer un panucho, vale la pena acompañarlo de un caldo de pavo tradicional, un consomé”, dice Mercy, quien nos recuerda que don Rani, su tío, es originario de Kanasín, y que junto con “El Negro Gil” y don Marquitos, es de los locatarios más antiguos de este mercado.
“Ellos estaban en el interior del mercado antiguo. Don Marcos, que es famoso por sus salbutes campechanos, estaba frente al local de don Rani, que a la fecha mantiene el sabor que le ha dado fama a la cocina de Kanasín, su lugar de nacimiento”, dice Mercy, quien destaca que gracias a su trabajo ha conocido a mucha gente que ha terminado entablando amistad y que cada vez que regresan a Mérida visitan la Lonchería Rani.
Es de destacar que gracias al trato y hasta cierto punto familiar de Mercy, y en general de quienes trabajan en la zona de comidas del mercado de Santa Ana, los turistas se orientan para visitar lugares de interés durante su estancia en la capital yucateca, por lo que propiamente son promotores culturales y además dan muestra de la forma de ser de los yucatecos: amable y hospitalaria.
“Hay anécdotas muy bonitas, como por ejemplo con gente que llegó de California que se acordó de mí y regresó a Merida porque le gustó mi ciudad, mi comida, mi cultura”, dijo orgullosa Mercy, quien labora en el turno de la mañana, de 7 a 3 de la tarde, mientras que a partir de las 5:30 pm en adelante inicia sus actividades el tío Rani.
Y mientras degustamos de un sabroso panucho de pavo y un salbut de relleno negro, la tía de Mercy, doña Elenita, nos comentó que hay muchas esperanzas de tener buenas ventas con los eventos que se realizarán en el lugar, que incluye la exposición y venta de productos yucatecos, música y actividades culturales, y hasta la proyección de un videomapping en la fachada de la iglesia. “Las ventas no han sido las mejores pero ha estado llegando el turismo, no nos podemos quejar”, finalizó.
Texto y fotos: Manuel Pool