Armando Escalante
Periodista y analista político
La lógica de gobierno declarada y publicada del presidente Manuel López es que mientras permanezcas pobre serás útil para él y dependerás de él. En contrasentido, en vista de que quienes estudian y se preparan podrían llegar a superarse y por tanto dejar de ser dependientes de él, por esa razón no le parecen los académicos, los profesionistas y menos le agradan todos los que son independientes.
Eso en cuanto a las personas. En cuanto a las instituciones, al señor que vive en un Palacio no le gusta la independencia de los organismos, porque dejan de estar supeditados bajo su mando y su control. Fundamentalmente por el manejo discrecional del dinero que para él solo significa poder. El cree que usan los recursos como él para llevar agua a su molino o que de plano, se lo roban. Por eso acaba con ellos, y se apresura a dar la estocada final al organismo que más detesta: al INE porque ya no le sirve y si le perjudica precisamente porque es democrático y es mediante elecciones libres, que él y su movimiento podrían desaparecer.
Siendo así, hoy más que nunca debemos seguir en la defensa del INE y este 26 de febrero a las 11 am tenemos una cita en el Monumento a la Patria para así manifestarlo.
Pasemos a otro tema: para nadie es un secreto o no debiera serlo que la desintegración y el desmantelamiento del PRI pasa hoy por un complejo esfuerzo por evitarlo; no es solo el miedo a desaparecer sino “a dónde vamos a ir a dar”, eso es lo que en realidad preocupa a sus cabezas. Encontrar acomodo es la excusa para decir “lo hacemos por el partido”.
Y en esta encrucijada están lo mismo los líderes más jóvenes que los dinosaurios, que han sido los grandes beneficiarios. Para los que nos queda claro, esos bandos que dividen y conforman al tricolor al final se van a poner de acuerdo por el gran temor de quedar fuera del presupuesto. En la medida en que le vean más futuro a la sucesión presidencial lopez obradorista, en esa medida van a inclinar sus afectos. O se mantendrán cautos.
Los priístas que hoy manejan a su partido ya tienen a sus respectivas avanzadas incrustadas en Morena y en el PAN, y se están organizando para tomar posiciones de cuidado.
En el caso de Morena, el señor Zapata Bello con mucha antelación pero con más cálculo que nadie, ya cuenta con los mejores asientos sin que los morenistas de cepa o que se dicen de abolengo le respinguen o le objeten. Lo toleran. En menor medida el Senador Ramírez Marín baraja las cartas y desliza la idea —en las entrevistas con medios— de no acatar la alianza que abandera Alejandro Moreno y en vez de ello pensar en unirse a otro partido que bien se entiende es el Verde que a su vez es aliado de Morena.
Del otro lado, el PAN o más bien su candidato puntero, ya comienza a darle cabida a personajes que hace un par de años luchaban a brazo partido para impedir que se reelija. Este alcalde siempre generoso e incluyente les ha permitido ingresar a su movimiento, estar cerca y ocupar incluso posiciones que ya no tienen ni sus más antiguos allegados. Esperemos que ese cálculo no remonte a recordar el título de aquella cinta “durmiendo con el enemigo”.
Faltan algunos meses todavía para definir candidaturas, partidos, alianzas y coaliciones, pero algunas encuestas ya perfilan posibles resultados y eso tiene inquietos y desesperados a los que buscan acomodo y sobretodo rescatar su futuro político, frente a la amenaza que viene contra la democracia. Lo vamos a ver.
El xix.— Ha comenzado el cacareo en medios de comunicación —desde alguna precandidatura— del revolucionario plan de transporte que impulsa el gobierno de Mauricio Vila. Me parece perfecto porque el tiempo corre y las metas aún están distantes. Hay que hacer campaña proclamando todos los logros más aún cuando el poder central federal derrocha publicidad y nos lanza la amenaza de que “el gobierno de México quiere a Yucatán”. Esa querencia no es afectiva, sino que es una meta de apropiamiento político.