Economía circular de residuos y la libre competencia

Salvador Castell-González 

La acumulación de basura y su deficiente gestión se han convertido en serio problema a nivel Global, y Yucatán no está exento del problema.

Montañas de residuos que llamamos rellenos sanitarios crecen sin cesar, amenazando la salud de nuestros ecosistemas y la nuestra. No es casualidad que el tema del Día Mundial del Medio Ambiente de este año sea “Acabar con la Contaminación Plástica”, un grito urgente ante la invasión de plásticos que asfixia nuestros océanos y contamina nuestra tierra.

Si bien la innovación en tecnologías de transformación de residuos ofrece una alternativa cada vez más viable, los sistemas de gestión y clasificación impulsados por IA, los contenedores inteligentes y el reciclaje químico y biotecnológico avanzado, es fundamental comprender que la solución real va más allá de simplemente transformar la basura existente.

La economía circular, con el objetivo de reducir, reutilizar y reciclar, deben ser los principios rectores que guíen nuestras acciones. Es esencial disminuir drásticamente la cantidad de residuos que generamos en primer lugar, adoptando modelos de consumo más sostenibles y fomentando la durabilidad de los productos.

Sin embargo, incluso con una sólida economía circular en marcha, la gestión de residuos será un desafío complejo. Y aquí es donde entra en juego el elemento crucial para desbloquear un futuro libre de residuos en Yucatán: la libre competencia.

La monopolización de la gestión de residuos sofoca la innovación y perpetúa prácticas ineficientes. Si no existe una competencia sana y abierta para generar una verdadera economía de los residuos, la inversión en nuevas tecnologías, la modernización de infraestructuras y la actualización de procesos se verán inevitablemente estancadas. Abrir la libre competencia para un Yucatán sin residuos no es solo una estrategia ambientalmente responsable, sino también una oportunidad para generar economía y empleos verdes.

Si bien es cierto que la responsabilidad de atender el tema de los residuos sólidos recae en los municipios, es crucial que lo hagan de una manera libre, abierta y participativa. Generar monopolios, ya sean públicos o privados, solo sirve para consolidar la ineficiencia y la falta de innovación. Los municipios deben actuar como facilitadores, promoviendo la participación de diversas empresas y emprendedores que puedan ofrecer soluciones innovadoras y eficientes para la gestión de residuos.

Un Yucatán sin residuos no es solo un sueño, es una meta alcanzable y necesaria. Para lograrlo, debemos abrazar la libre competencia y la economía social y solidaria como motores de cambio, fomentando la innovación, la inversión, la participación ciudadana y la transparencia. Solo así podremos transformar la basura en una oportunidad, construir un futuro más limpio, saludable, próspero y socialmente justo para todos.