Edema pulmonar, una emergencia médica

Se llama edema pulmonar al acúmulo de líquido en el interior de los pulmones. Si ocurre en un plazo corto de tiempo, se suele llamar edema agudo de pulmón y, en este caso, es una urgencia médica, ya que la capacidad respiratoria del paciente puede verse comprometida.

¿Por qué ocurre? Los pulmones se llenan de líquido cuando la sangre que está normalmente dentro de los vasos sanguíneos sale hacia el exterior inundando los alveolos pulmonares. Por supuesto, esto sólo pasa cuando algo funciona mal en los propios pulmones o en el corazón; así, podemos dividir el edema de pulmón en los siguientes tipos: Edema de pulmón cardiogénico, edema de pulmón no cardiogénico y edema pulmonar neurogénico.

Todos ellos tienen en común que provocan sensación de falta de aire, lo que también se conoce como disnea.

La causa más habitual de un edema pulmonar suele ser una insuficiencia cardiaca congestiva, que a su vez puede estar causada por una subida repentina de la presión arterial, válvulas aórticas, o ataques cardiacos o problemas del miocardio.

Sin embargo, el edema pulmonar también puede deberse a otras causas, como la toma de determinados fármacos, insuficiencia renal, daños al pulmón causados por intoxicaciones o infecciones, encontrarse expuesto a grandes alturas.

El síntoma común a todos los tipos de edema pulmonar es la sensación de falta de aire, lo que en medicina se conoce como disnea. Esto puede ocurrir de forma más o menos intensa, e instaurarse con mayor o menor rapidez.

Cuando el edema de pulmón es agudo, la disnea es muy intensa y se produce bruscamente (situación que suele ocurrir en un infarto de miocardio, una rotura de la válvula mitral, o una aspiración de jugos gástricos). El paciente se ahoga literalmente por el encharcamiento de sus pulmones y se trata de una situación de urgencia.

Cuando el edema de pulmón tiene un desarrollo más paulatino, los síntomas varían dependiendo de si el edema pulmonar tiene un origen cardíaco o no cardíaco.

Síntomas del edema

cardiogénico

El grado de disnea se corresponde al grado de insuficiencia cardiaca que la provoca:

-Grado I: la persona puede realizar una actividad física sin limitaciones y sin fatigarse.

-Grado II: existe una limitación ligera de la actividad física, pero durante el reposo no hay sensación de falta de aire.

-Grado III: la mínima actividad física provoca fatiga.

-Grado IV: el paciente no puede realizar ninguna actividad física, e incluso durante el reposo sufre fatiga y sensación de falta de aire.

Otro síntoma común en las personas que tienen este tipo de edema de pulmón es la necesidad de dormir con varias almohadas debajo de la cabeza, para incorporarse y así disminuir la sensación de falta de aire. El resto de los síntomas dependerán de su propia insuficiencia cardiaca.

Síntomas del edema no cardiogénico

El grado de disnea depende directamente del grado de afectación de los pulmones. Podemos distinguir cuatro fases:

-Fase inicial: la sangre comienza a oxigenarse mal, así que el corazón aumenta su ritmo de bombeo (taquicardia, es decir, más de 120 latidos por minuto) y la respiración es más acelerada (taquipnea, es decir, más de 30 respiraciones por minuto), tanto que la persona empieza a hiperventilar y elimina demasiado dióxido de carbono.

-Fase latente: aparece entre seis horas y dos días después del inicio. Continúan las frecuencias respiratoria y cardiaca altas.

-Fase de insuficiencia respiratoria: el trabajo respiratorio no es suficiente para oxigenar la sangre correctamente a pesar de las frecuencias cardiaca y respiratoria elevadas. El enfermo está sudoroso, siente que le falta el aire, y da bocanadas amplias que no le alivian; para respirar se ayuda de todos los músculos accesorios (del cuello, los intercostales y los abdominales).

-Fase consolidada: se agotan los esfuerzos del paciente, disminuye la frecuencia respiratoria y comienza a ahogarse.

Otros síntomas que puede presentar el enfermo en el edema pulmonar no cardiogénico dependerán de la causa subyacente del edema. Por ejemplo, en los casos de neumonía y sepsis tendrá fiebre, y la tensión arterial baja en la sepsis.

Lo más importante en el tratamiento de un edema pulmonar es detectar rápidamente las causas que han provocado su aparición, con el fin de corregirlas (tratamiento etiológico), porque también el pronóstico dependerá de dichas causas y del manejo de las mismas.

Por supuesto, además de esto, para tratar el edema pulmonar en sí hay que evitar que disminuya la concentración de oxígeno en sangre (tratamiento de soporte).

Oxígeno: se debe administrar oxígeno en mascarilla a todos los enfermos con edema agudo de pulmón. El flujo debe ser continuo y con una concentración de entre 60-90% de oxígeno en el aire inspirado.

PEEP: es la presión positiva al final de la inspiración. Es un aparato que transmite una presión positiva hacia los pulmones, lo que permite distender los alveolos y favorecer el intercambio de oxígeno.– Agencias

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