El alcalde de Kanasín, Edwin Bojórquez, rápido perdió la brújula y lo peor es que ahora es un fallecido: un joven vaquero que participó en un torneo de lazo, pero, para disfrazar lo ocurrido, le cambió el nombre a “duelo de ganaderías”, pero que tuvo como saldo una cornada que resultó mortal.
Como se sabe, estos torneos están prohibidos, ya que no se trata de una corrida de toros, ni tampoco de una charrería, ya que el ejemplar a lazar es un toro de lidia que puede destripar caballos, pero en esta ocasión la víctima fue un joven que buscaba ganarse un dinero.
El primer edil kanasinense quiso zafársela, al señalar que se trató de un “evento privado”, pero que al final de cuentaS debe tener un permiso y éste únicamente lo da el ayuntamiento, pero no se debe autorizar porque ese evento está prohibido.
Lamentablemente estos torneos tienen afición; incluso se asegura que los organizadores ganan hasta el triple de lo que se consigue en una corrida. Otros rumores que circulan es que en algunos municipios son los propios alcaldes los organizadores.
Lo peor es que esta muerte no será detonante para que se dejen de realizarlos.
En las últimas semanas, las quejas se han multiplicado en este municipio, que debido a que es conurbado a Mérida y debería ser más próspero.
Hace unos días, un grupo de colonos del fraccionamiento Santa Ana se reunió para tener un diálogo y pedir la intervención del coordinador de obras públicas del Ayuntamiento de Kanasín, ya que una empresa que se encuentra aledaña al fraccionamiento, misma quien realiza detonaciones de dinamita en concurridas ocasiones y de una gran potencia, dañando las viviendas de los colonos.
Texto y foto: Darwin Ail