EDITORIAL

Decepcionante. No hay otra palabra con la cual calificar el mensaje que nos dio el pasado domingo el presidente Andrés Manuel López Obrador, del cual se esperaba mucho y nos dio tan poco.

Si pusiéramos un discurso del mandatario de hace seis meses y lo comparáramos con el informe trimestral de AMLO, escucharíamos que las diferencias entre uno y otro son mínimas, pero en esencia es lo mismo: discurso de odio contra los conservadores y un plan económico que no hace alianza con el sector productivo.

A estas alturas ya no sólo nos queda claro que esto no es una simple terquedad y ganas de no entablar diálogo por la lucha a la corrupción, sino que esto obedece a un plan debidamente estructurado y que tiene su origen en el discurso de la lucha de clases, el cual el Presidente está manejando con singular habilidad.

Hace poco salió un video en donde John Ackerman increpa a las empresas que piden apoyo a su gobierno por esta crisis, e incluso las reta a irse del país si no están contentas con las medidas, expresiones que ya hemos escuchado en otros países, y que al final si han tenido que salirse de sus terruños por la falta de certeza, e incluso por la nacionalización de sus negocios.

Por desgracia, el mandatario sigue sin darse cuenta de que gobierna para todos y no sólo para un sector de la población.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *