Editorial de Peninsular Punto Medio

La lucha de más de 10 años de grupos de la diversidad sexual llegó ayer a su fin, cuando los diputados yucatecos aprobaron modificaciones al Código de Familia y a la Ley del Registro Civil, para que a partir de ahora haya “Nuevos Estados de Familia”.

La frase suena muy rimbombante, pero en términos reales se trata de reconocer la unión legal entre parejas del mismo sexo, quienes, por así convenir a sus intereses y decisión, se unen para formar un hogar.

Durante años hemos sido testigos de la batalla que han dado varios activistas, en las calles y en los tribunales para llegar a este día. De hecho, algunos ya no viven, como Alfredo Morales Candiani, quien falleció el año pasado meses después de la modificación a la Constitución de Yucatán sobre el matrimonio igualitario.

En honor a todos ellos hay que marcar que, en el Día de Cero Discriminación, por fin se ha liberado el Registro Civil para registrar legalmente las uniones entre personas del mismo sexo.

Aunque eran tiempos legales que se tenían que cumplir a partir de la reforma constitucional de agosto del año pasado, no deja de llamar la atención que la mayoría panista se portó a la altura, sin regatear el aval a las modificaciones, que de entrada ya están validadas hasta por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Lo dijo varias veces el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Víctor Hugo Lozano Poveda, y ayer se cumplió: que el Congreso del Estado está compuesto por legisladores, que, pese a la abrumadora mayoría, se sientan a dialogar y a llegar a acuerdos.

Enhorabuena para todos los involucrados, aunque todavía hay que esperar que se publique en el Diario Oficial y que las nuevas reglas entren en vigor.