Editorial de Peninsular Punto Medio

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sorprendió ayer al anunciar que ya no habrá aumentos en el resto del año en las gasolinas y el diésel.

La medida, sin duda, es para paliar un poco el alto costo de productos y servicios básicos por efectos de la inflación, que no sólo ataca a México, sino a todo el mundo.

El Gobierno federal tiene un gran reto con la medida, porque precisamente de algún lado tiene que salir el dinero que se destinará a contener los precios, pero de eso se habló precisamente en la conferencia mañanera de ayer.

El anuncio fue reportado por la Presidencia de la República de la siguiente manera:

“El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que el precio de las gasolinas y del diésel se mantendrá sin aumentos —de acuerdo con su compromiso—, por lo que está garantizada la continuidad del subsidio en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (Ieps) a los combustibles.

“Todo el año lo tenemos garantizado. No tenemos problema porque en el balance nos alcanza para mantener la gasolina sin aumento, el diésel sin aumento. (…) Yo le digo al pueblo de México que no van a aumentar estos precios ni de la luz”, subrayó.

En conferencia de prensa matutina, el jefe del Ejecutivo explicó que, con los excedentes por venta de petróleo crudo, el Gobierno de México asume el Ieps. De esa manera, las gasolinas cuestan menos que en otros países del mundo”.

Actualmente, el precio de la mezcla mexicana de exportación se estima en 110.92 dólares; el costo real de la gasolina Magna ha bajado 3.4 por ciento; Premium, menos 2.4 % y el diésel, 3.9%. Ya veremos qué efectos tiene la medida.