Editorial de Peninsular Punto Medio

El dolor de una madre (o un familiar) que sufre la pérdida de un hijo es terrible, no se encuentra las palabras de consuelo. Lo único que se puede hacer es escuchar.

Eso pasó anteayer cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador acudió a Sabinas, Coahuila, en donde familiares de 10 mineros que quedaron atrapados en una mina de carbón, le habrían reclamado la lentitud en el desazolve y la zozobra de no saber las condiciones en las que ellos se encuentran.

De hecho, en redes sociales se viralizó un video en el que una mujer le reclama al mandatario que se haya ido a tomar la foto con su dolor y el de su familia. Son palabras duras, sí, pero también lógicas en este tipo de situaciones. Lógico, el presidente no fue solamente a tomarse la foto, sino a solidarizarse con las víctimas de esta nueva tragedia, aunque ese material de video haya sido una nueva “arma” de los opositores para atacar a AMLO.

¿Recuerdan cuando el presidente López Obrador no fue a visitar a los familiares de las víctimas de la Línea Dorada del Metro en la Ciudad de México? Explicó que no lo hizo para que no fuera acusado de medrar con la tragedia. Ahora actuó diferente, y fue acusado de lo mismo. Ya un ex presidente había dicho que a los opositores nada les gusta. Quedó confirmado.

¿Qué debe hacer el mandatario en este caso y en, en general, ante las tragedias de los mexicanos? Ver que los familiares de las víctimas sean atendidos, trabajar para ofrecer justicia y castigar, sí, castigar a los culpables.

Y no estorbar a las personas que están trabajando en labores de rescate, porque la presencia del mandatario mete ruido en espacios donde todos están luchando por la vida.