Editorial de Peninsular Punto Medio

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, siente que cada vez más el fruto de la polarización le da resultados, pero que ya le cobra factura porque anunció que no asistirá a la entrega de la medalla “Belisario Domínguez” que se entregará a la escritora Elena Poniatowska, al parecer, por reclamos que le harían  en la ceremonia y no quiere exponer su investidura.

Así como él está cómodo en una mañanera con una tribuna donde puede lanzar sin que el aludido se defienda, pues de la misma manera debería asistir a un lugar lo están esperando. En la mañanera se le ha detectado que no sólo algunas declaraciones que da son mentiras y evade muchas preguntas.

Esta decisión ha propiciado que las senadoras panistas Xóchitl Gálvez y Lilly Téllez lo critiquen porque Amlo demuestra que sólo le gustan los escenarios a modo.

 Téllez retó al Presidente a no desairar al Poder Legislativo y le exigió que “tenga pantalones, no sea cobarde”.

“Deje de hacerse la víctima, porque él es el victimario y ojalá me lo encuentre, porque por cobarde no quiere venir. No es un demócrata, no quiere venir a escuchar”, expresó.

En el fondo también desaira a la escritora galardonada Elena Poniatowska, quien simpatizó con el movimiento y que se ha distanciado de éste porque en cultura únicamente ha quitado presupuesto. A las ferias del libro, que son encargadas de fomentar la lectura que tanto se requiere en este país, le ha pasado la tijera sin tomar en cuenta los resultados que han obtenido. La cultura, más que derrama económica, lo que deja es gente crítica, pensante, sensible y, al igual que la religión, son de las murallas para frenar el consumismo.