Editorial de Peninsular Punto Medio

La presencia de niños y niñas en las calles de Mérida y otras ciudades importantes del estado, en donde normalmente están haciendo malabares para después pedir ayuda (limosna) no es de ahora, pero la muerte del niño Íker ha visibilizado el problema.

De hecho, las autoridades realizaron en las últimas horas varios operativos en diversas zonas y rescataron por lo menos a 14 personas menores de edad oriundos de Chiapas, lo que motivó que en las centrales de camiones se haya visto un incremento de pasajeros hacia ese estado.

Son buenas noticias que haya operativos contra las personas que controlan a los chiapanecos en las calles, pues, se sabe, los mantienen en condiciones infrahumanas, tal como lo reconoce el titular de la Codhey, Miguel Óscar Sabido Santana en nuestra nota principal de hoy.

El trabajo infantil está penado en México, sin embargo, hay niños en las calles, principalmente pidiendo limosna, que, aunque no es un trabajo propiamente, sí genera ingresos para las personas, por así llamarlos, que los traen a Mérida para poblar las calles.

En un comunicado, el Gobierno del Estado precisó que, para proteger su salud y ante la situación de riesgo en las que se encontraban, se implementó una serie de acciones para rescatar a un grupo de menores de edad y mujeres originarios del estado de Chiapas.

Cabe señalar que participaron personal de la Comisión de Derechos Humanos del estado (Codhey) y bajo la dirección de la Procuraduría para la Defensa de Niñas, Niños y Adolescentes del estado (Prodennay), elementos de la Coordinación estatal de Protección Civil (Procivy) y de las Secretarías de Salud (SSY) y Seguridad Pública (SSP), así como de la Fiscalía General del Estado (FGE).

Qué bien, la verdad.