Editorial de Peninsular Punto Medio

Finalmente, Marcelo Ebrard Casaubón se quedó en Morena, desde donde, adelantó, mantendrá su aspiración presidencial para el 2030.

“Soy pertinaz”, dijo en entrevista en Radio Fórmula y recordó que desde hace un tiempo los aspirantes al máximo cargo público en el país pueden intentarlo varias veces, como el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador.

Marcelo Ebrard hizo, al fin, lo que debió hacer desde el pasado 6 de septiembre, reconocer el triunfo en las encuestas de Claudia Sheinbaum y sumarse para que la próxima candidata presidencial sea invencible en las urnas.

A cambio estiró la liga varias veces y envió mensajes de que estaría en la boleta electoral por Movimiento Ciudadano. En ese lapso fue perdiendo empuje y ayer terminó por volver al redil.

¿Ganó algo? De acuerdo al propio Marcelo Ebrard se logró que el rumbo de Morena no sea de un partido de Estado, que no se repitan las violaciones a los estatutos del proceso interno pasado y que quienes tienen voces discordantes al interior del partido sean escuchados. 

“Sean escuchados y no sean perseguidos”, matizó.

En la rueda de prensa, Marcelo contó que antes de su decisión final se reunió dos veces con Claudia Sheinbaum Pardo, quien lo venció en las encuestas y reconoció que ella ahora tiene el bastón de mando.

Lo que también dejó en claro es que no quiere nada con Mario Delgado, el actual dirigente de Morena, y dejó entrever que debe haber cambios en el Comité Ejecutivo Nacional para meter a su gente, para tener a sus representantes porque son la segunda fuerza al interior del movimiento. Es decir, reeditar las corrientes que tanto daño hicieron al PRD. Habrá que ver si le cumplen esa condición.