Editorial de Peninsular Punto Medio

La cancelación del recorrido en el Tren Maya de los reyes de Suecia, Carlos XVI Gustavo y su esposa Silvia, ha desatado una serie de comentarios, incluidos los ambientalistas que están en contra de la obra insigne del presidente Andrés Manuel López Obrador, a la que llaman el “tren de la muerte”.

Lógicamente la oposición, recuerde que estamos en plena campaña electoral por la presidencia de México, de nueve gubernaturas, 500 diputados federales y 120 senadores, también llevó agua para su molino y arremetió contra el presidente y la candidata presidencial de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum Pardo, quien sí se subió al tren junto con el candidato a gobernador Joaquín Díaz Mena.

Pero ¿qué pasó realmente?

Al presidente López Obrador le informaron que ya no se hizo el recorrido por cuestiones de horarios, ya que la agenda de los monarcas no se pudo ajustar.

Sin embargo, la Embajada de Suecia en México explicó que Carlos XVI Gustavo y doña Silvia no abordaron el tren por las protestas que se habían anunciado en esa representación, pues los ambientalistas insisten que se ha ejecutado un ecocidio al construir la obra, principalmente en la zona de Quintana Roo, en donde se han rellenado cavernas para que se construyan las vías.

“Hay muchos parámetros sobre los que nos posicionamos a la hora de decidir los puntos del programa. Incluso cuando se trata de cuestiones políticas como en este caso”, explicó Margareta Thorgren, responsable de información del tribunal, algo así como la vocera de los soberanos suecos.

Pues sí, tuvo que ver la política y es que los reyes tienen por norma no inmiscuirse en temas locales de los países que visitan y así evitan la polémica.