Editorial de Peninsular Punto Medio

El descarrilamiento de uno de los vagones del tren que hacía la ruta de Palenque a Cancún, al llegar ayer a la estación de Tixkokob, en Yucatán, se volvió nota casi de inmediato en todo México.

El responsable de la estación de Tixkokob explicó, según versiones de prensa, que fue un accidente pequeño, como cuando se te avería tu automóvil.

Pero por tratarse de una de las obras más importantes para la administración federal que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, todo se magnifica, y más por un video que tomó una persona desde otro tren, que se volvió viral en cuestión de horas.

La falla no se puede negar, pero de eso a que sea un evento catastrófico le falta bastante. Sin embargo, el siniestro fue rápidamente convertido en la noticia del día para cientos de portales y sus respectivas redes sociales.

Por lo pronto, la empresa del Tren Maya ya emitió un comunicado y avisó que ha iniciado las investigaciones para saber qué pasó, pues teorías hay muchas, pero las razones verdaderas las debe arrojar la investigación que se haga por parte de las autoridades.

Mientras tanto debemos agradecer que ese evento no haya terminado en tragedia, con personas muertas o heridas, pues a nadie se le desea vivir esos momentos. Y claro que todos necesitamos saber el origen de la falla, pues de eso depende que se pueda corregir y que el servicio se siga proporcionado con la mayor seguridad posible.

“Asimismo, se integró una Comisión Dictaminadora que ya está realizando una investigación exhaustiva del hecho para determinar sus causas y prevenir cualquier situación similar que pudiera comprometer el servicio del Tren Maya”, concluye un comunicado de la empresa.