Editorial de Peninsular Punto Medio

En las últimas horas se han dado una serie de comentarios a favor y en contra de las encuestas, todo ello como consecuencia de la que publicó Massive Caller que por primera vez dio ventaja a Xóchitl Gálvez en la carrera presidencial.

Los seguidores de cada coalición le han echado fuego a la discusión, pero también los profesionales de la opinión, ya sea en radio, tv y las redes sociales.

La ventaja de Gálvez Ruiz es milimétrica, pero eso ha servido para levantar el ánimo de los opositores al régimen de la Cuarta Transformación, quienes anhelan que la panista ahora sí se vea triunfadora el 2 de junio.

Lo malo, creemos, es que esa ventaja no se ve en ninguna otra encuesta, sea cual sea su metodología. La que más se acerca es la de México Elige, empresa cuyos propietarios trabajan en la campaña de la candidata opositora. Es decir, que su confiabilidad queda pendiendo de un hilo.

Entonces ¿qué está pasando? Pues hemos llegado al último mes de las campañas electorales y ahora se viene la tradicional guerra de encuestas. En esta parte de las contiendas electorales todos los partidos contratan o dan a conocer encuestas que le dan ganadores, sin mayores argumentos.

Es por ello que, adelantamos, se van a multiplicar los mensajes en donde las casas encuestadoras más importantes se van a deslindar de ejercicios demoscópicos falsos. Aquellos con los que candidatos de todos los partidos políticos tratarán de convencer a los ciudadanos de votar por ellos.

Ello, también, dará argumentos a las personas que ya no creen en las encuestas, aunque sean verdaderas y reflejan el sentir de una buena parte de la población. Ya veremos.